5
Los extranjeros serán sus siervos;
alimentarán a los rebaños de ustedes,
ararán sus campos
y cuidarán de sus viñedos.
6
Ustedes serán llamados sacerdotes del Señor
,
ministros de nuestro Dios.
Se alimentarán de los tesoros de las naciones
y se jactarán de sus riquezas.
7
Disfrutarán de una doble honra
en lugar de vergüenza y deshonra.
Poseerán una doble porción de prosperidad en su tierra,
y una alegría eterna será suya.
8
«Pues yo, el Señor
, amo la justicia;
odio el robo y la fechoría.
Recompensaré fielmente a mi pueblo por su sufrimiento
y haré un pacto eterno con él.
9
Sus descendientes serán reconocidos
y honrados entre las naciones.
Todo el mundo se dará cuenta de que es un pueblo
al que el Señor
ha bendecido».
10
¡Me llené de alegría en el Señor
mi Dios!
Pues él me vistió con ropas de salvación
y me envolvió en un manto de justicia.
Soy como un novio en su traje de bodas
o una novia con sus joyas.
11
El Señor
Soberano mostrará su justicia a las naciones del mundo.
¡Todos lo alabarán!
Su justicia será como un huerto a comienzos de la primavera,
cuando brotan las plantas por todas partes.