10
No pasarán hambre ni sed, ni los herirá el calor abrasador ni el sol, porque el que tiene compasión de ellos los guiará, y a manantiales de aguas los conducirá.
11
Convertiré todos mis montes en camino, y mis calzadas serán levantadas.
12
Mira, éstos vendrán de lejos; y he aquí, otros del norte y del occidente, y otros de la tierra de Sinim.
13
Gritad de júbilo, cielos, y regocíjate, tierra. Prorrumpid, montes, en gritos de alegría, porque el SEÑOR ha consolado a su pueblo, y de sus afligidos tendrá compasión.
14
Pero Sion dijo: El SEÑOR me ha abandonado, el Señor se ha olvidado de mí.
15
¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré.
16
He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado; tus muros están constantemente delante de mí.
17
Tus edificadores se apresuran; tus destructores y tus devastadores se alejarán de ti.
18
Levanta en derredor tus ojos y mira: todos ellos se reúnen, vienen a ti. Vivo yodeclara el SEÑOR que a todos ellos como joyas te los pondrás, y te ceñirás con ellos como una novia.
19
En cuanto a tus lugares desiertos y desolados y tu tierra arruinada, ahora serás ciertamente demasiado estrecha para los moradores, y tus devoradores estarán muy lejos.
20
Todavía te dirán al oído los hijos de los que fuiste privada: "El lugar es muy estrecho para mí; hazme sitio para que yo more aquí."
21
Y dirás en tu corazón: "¿Quién me ha engendrado éstos? Pues yo había sido privada de mis hijos, y era estéril, desterrada y errante. Y a éstos, ¿quién los ha criado? He aquí, yo había sido dejada sola; y éstos, ¿dónde estaban?"
22
Así dice el Señor DIOS: He aquí, levantaré hacia las naciones mi mano, y hacia los pueblos alzaré mi estandarte; traerán a tus hijos en brazos, y tus hijas a hombros serán llevadas.
23
Reyes serán tus tutores, y sus princesas, tus nodrizas. Rostro en tierra te rendirán homenaje y el polvo de tus pies lamerán. Y sabrás que yo soy el SEÑOR, y que no se avergonzarán los que esperan en mí.
24
¿Se le podrá quitar la presa al poderoso, o rescatar al cautivo del tirano?
25
Ciertamente así dice el SEÑOR: Aun los cautivos del poderoso serán recobrados, y rescatada será la presa del tirano; con el que contienda contigo yo contenderé, y salvaré a tus hijos.
26
Haré comer a tus opresores su propia carne, y como con vino dulce, con su sangre se embriagarán; y toda carne sabrá que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.