17
Yo llamé al poderoso ejército de Egipto
con todos sus carros de guerra y sus caballos.
Los sumergí debajo de las olas, y se ahogaron;
su vida se apagó como mecha humeante.
18
»Pero olvida todo eso;
no es nada comparado con lo que voy a hacer.
19
Pues estoy a punto de hacer algo nuevo.
¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves?
Haré un camino a través del desierto;
crearé ríos en la tierra árida y baldía.
20
Los animales salvajes de los campos me darán las gracias,
y también los chacales y los búhos,
por darles agua en el desierto.
Sí, haré ríos en la tierra árida y baldía,
para que mi pueblo escogido pueda refrescarse.
21
Yo hice a Israel para mí mismo,
y algún día me honrará delante del mundo entero.
22
»Sin embargo, querida familia de Jacob, tú te niegas a pedirme ayuda.
¡Oh Israel, te has cansado de mí!
23
No me has traído ovejas ni cabras para ofrendas quemadas.
No me has honrado con sacrificios,
aun cuando no te he agobiado ni fatigado
con exigencias de ofrendas de granos y de incienso.
24
No me has traído el cálamo aromático,
ni me has agradado con la grasa de los sacrificios.
En cambio, me has agobiado con tus pecados
y me has cansado con tus faltas.
25
»Yo, sí, yo solo, borraré tus pecados por amor a mí mismo
y nunca volveré a pensar en ellos.
26
Revisemos juntos la situación,
y presenta tu defensa para demostrar tu inocencia.
27
Desde el principio, tu primer antepasado pecó contra mí;
todos tus líderes quebrantaron mis leyes.