24
¡Pero no! Ustedes son menos que nada y no pueden hacer nada en absoluto.
Quienes los escogen se contaminan a sí mismos.
25
»Yo incité a un líder que vendrá del norte;
lo he llamado por su nombre desde el oriente.
Le daré la victoria sobre reyes y príncipes;
los pisoteará como el alfarero pisa la arcilla.
26
»¿Quién les dijo desde el principio
que esto sucedería?
¿Quién predijo esto,
haciéndoles admitir que él tenía razón?
¡Nadie dijo una sola palabra!
27
Yo fui el primero en decirle a Sión:
“¡Mira! ¡La ayuda está en camino!”
.
Enviaré a Jerusalén un mensajero con buenas noticias.
28
Ninguno de sus ídolos les dijo esto;
ni uno respondió cuando pregunté.
29
Como ven, todos son objetos necios y sin ningún valor;
sus ídolos son tan vacíos como el viento.