4
Arriba, los cielos se esfumarán
y desaparecerán como quien enrolla un pergamino.
Las estrellas caerán de los cielos
como caen las hojas marchitas de una vid,
o los higos secos de una higuera.
5
Y cuando mi espada haya terminado su trabajo en los cielos,
caerá sobre Edom,
la nación que he señalado para ser destruida.
6
La espada del Señor
está empapada en sangre
y cubierta de grasa,
con la sangre de corderos y cabras,
con la grasa de carneros preparados para el sacrificio.
Sí, el Señor
ofrecerá un sacrificio en la ciudad de Bosra
y hará una gran matanza en Edom.
7
Hasta morirán hombres tan fuertes como los bueyes salvajes,
los jóvenes junto a los veteranos.
La tierra quedará empapada en sangre
y el suelo enriquecido con la grasa.
8
Pues es el día de la venganza del Señor
,
el año cuando Edom recibirá el pago por todo lo que le hizo a Israel.
9
Los arroyos de Edom se llenarán de brea ardiente
y el suelo se cubrirá de fuego.
10
Este juicio sobre Edom nunca tendrá fin;
el humo de la nación en llamas se levantará para siempre.
La tierra quedará abandonada de generación en generación;
nadie volverá a vivir allí.
11
Será frecuentada por el búho del desierto y la lechuza blanca,
el búho grande y el cuervo.
Pues Dios medirá esa tierra con cuidado;
la medirá para el caos y la destrucción.
12
Se llamará la Tierra de Nada,
y pronto todos sus nobles desaparecerán.
13
Los espinos invadirán sus palacios;
en sus fuertes crecerán la ortiga y el cardo.
Las ruinas serán guarida de los chacales
y se convertirán en hogar de los búhos.
14
Los animales del desierto se mezclarán allí con las hienas,
y sus aullidos llenarán la noche.
Las cabras salvajes se balarán unas a otras en medio de las ruinas,
y las criaturas de la noche
irán a ese lugar para descansar.
15
Allí el búho hará su nido y pondrá sus huevos;
empollará a sus polluelos y los cubrirá con sus alas.
También irán los buitres,
cada uno con su compañera.
16
Escudriñen el libro del Señor
y vean lo que él hará.
Ninguno de estos animales ni de estas aves estará ausente,
y a ninguno le faltará su pareja,
porque el Señor
lo ha prometido.
Su Espíritu hará que todo esto se haga realidad.
17
Él ha medido y dividido la tierra,
y se la ha dado en propiedad a esas criaturas.
Ellas la poseerán para siempre,
de generación en generación.