7 Pero él responderá:
«¡No! No puedo ayudarlos.
No tengo comida ni ropa que me sobre;
¡no me pongan al mando!».
8 Pues Jerusalén tropezará,
y Judá caerá,
porque hablan contra el Señor
y se niegan a obedecerlo.
Lo provocan descaradamente.
9 El aspecto mismo de su rostro los delata.
Exhiben su pecado como la gente de Sodoma
y ni siquiera tratan de esconderlo.
¡Están condenados!
Han traído destrucción sobre ellos mismos.
10 Díganles a los justos que a ellos les irá bien en todo.
¡Disfrutarán de la rica recompensa que se han ganado!
11 En cambio, los malvados están condenados,
porque recibirán exactamente lo que se merecen.
12 Líderes inmaduros oprimen a mi pueblo,
y las mujeres lo gobiernan.
Oh, pueblo mío, tus líderes te engañan;
te llevan por el camino equivocado.
13 El Señor
ocupa su lugar en el tribunal,
¡y presenta su caso contra su pueblo!
14 El Señor
se presenta para pronunciar juicio
sobre los ancianos y los gobernantes de su pueblo:
«Ustedes han destruido a Israel, mi viñedo.
Sus casas están llenas de cosas robadas a los pobres.
15 ¿Cómo se atreven a aplastar a mi pueblo,
al restregar la cara de los pobres contra el polvo?»,
reclama el Señor, el Señor
de los Ejércitos Celestiales.
16 Advertencia a Jerusalén
El Señor
dice: «La hermosa Sión
es altanera:
estira su elegante cuello,
coquetea con los ojos y
camina con pasos delicados
haciendo sonar los brazaletes de sus tobillos.
17 Por eso el Señor le mandará costras a su cabeza.
El Señor
dejará calva a la hermosa Sión».
18 En aquel día de juicio
el Señor
la despojará de todo lo que la embellece:
adornos, diademas, collares con forma de luna creciente,
19 aretes, pulseras, velos,
20 pañuelos, brazaletes para el tobillo, fajas,
perfumes, dijes,
21 anillos, joyas,
22 vestidos de fiesta, túnicas, mantos, bolsos,
23 espejos, ropas de lino de alta calidad,
adornos para la cabeza y mantillas.
24 En lugar de oler a dulce perfume, apestará.
Usará una soga como faja
y su elegante cabello se le caerá.
Usará tela áspera en lugar de vestidos costosos,
y la vergüenza reemplazará su belleza.
25 Los hombres de la ciudad morirán a espada,
y sus guerreros morirán en batalla.
26 Las puertas de Sión llorarán y se lamentarán.
La ciudad será como una mujer violada,
acurrucada en el suelo.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Isaías 3:7 ese día el otro se indignará, diciendo: No seré vuestro sanador, porque en mi casa no hay ni pan ni manto; no debéis nombrarme jefe del pueblo.

English Standard Version ESV

Isaiah 3:7 in that day he will speak out, saying: "I will not be a healer; in my house there is neither bread nor cloak; you shall not make me leader of the people."

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Isaías 3:7 él jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo

King James Version KJV

Isaiah 3:7 In that day shall he swear, saying, I will not be an healer; for in my house is neither bread nor clothing: make me not a ruler of the people.

New King James Version NKJV

Isaiah 3:7 In that day he will protest, saying, "I cannot cure your ills, For in my house is neither food nor clothing; Do not make me a ruler of the people."

Nueva Versión Internacional NVI

Isaías 3:7 Pero entonces el otro protestará:«Yo no soy médico,y en mi casa no hay pan ni manto;¡no me hagas líder del pueblo!»

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Isaías 3:7 El jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir: no me hagáis príncipe del pueblo.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Isaías 3:7 él jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo.

Herramientas de Estudio para Isaías 3:7-26