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teniendo esperanza en Dios que ha de haber la resurrección de los muertos, así de justos como de injustos, que ellos esperan.
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Y por esto, procuro yo tener siempre conciencia sin remordimiento acerca de Dios y acerca de los hombres.
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Pero pasados muchos años, vine a hacer limosnas a mi nación, y ofrendas,
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cuando me hallaron purificado en el Templo (no con multitud ni con alboroto) unos judíos de Asia;
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los cuales debieron comparecer delante de ti, y acusarme, si contra mí tenían algo.
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O digan estos mismos si hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando yo estuve en el concilio,
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si no sea que, estando entre ellos prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección de los muertos soy hoy juzgado de vosotros.
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Entonces Félix, oídas estas cosas, les puso dilación, diciendo: Al estar más informado de este camino, cuando descendiere el tribuno Lisias acabaré de conocer de vuestro negocio.
23
Y mandó al centurión que Pablo fuese guardado, y aliviado de las prisiones; y que no vedase a ninguno de los suyos servirle, o venir a él.
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Y algunos días después, viniendo Félix con Drusila, su mujer, la cual era judía, llamó a Pablo, y oyó de él la fe que es en el Cristo.
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Y disertando él de la justicia, y del dominio propio, y del juicio venidero, espantado Félix, respondió: Ahora vete, mas cuando tenga oportunidad te llamaré.