5 El sumo sacerdote y todo el consejo de ancianos pueden dar fe de que esto es cierto. Pues recibí cartas de ellos, dirigidas a nuestros hermanos judíos en Damasco, las cuales me autorizaban a encadenar a los cristianos de esa ciudad y traerlos a Jerusalén para que fueran castigados.
6 »Cuando iba de camino, ya cerca de Damasco, como al mediodía, de repente una intensa luz del cielo brilló alrededor de mí.
7 Caí al suelo y oí una voz que me decía:
8 »“¿Quién eres, señor?”, pregunté.
»Y la voz contestó:
9 La gente que iba conmigo vio la luz pero no entendió la voz que me hablaba.
10 Yo pregunté: “¿Qué debo hacer, Señor?”. Y el Señor me dijo:
11 »Quedé ciego por la intensa luz y mis compañeros tuvieron que llevarme de la mano hasta Damasco.
12 Allí vivía un hombre llamado Ananías. Era un hombre recto, muy devoto de la ley y muy respetado por todos los judíos de Damasco.
13 Él llegó y se puso a mi lado y me dijo: “Hermano Saulo, recobra la vista”. Y, en ese mismo instante, ¡pude verlo!
14 »Después me dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad y para que veas al Justo y lo oigas hablar.
15 Pues tú serás su testigo; les contarás a todos lo que has visto y oído.
16 ¿Qué esperas? Levántate y bautízate. Queda limpio de tus pecados al invocar el nombre del Señor”.
17 »Después de regresar a Jerusalén y, mientras oraba en el templo, caí en un estado de éxtasis.
18 Tuve una visión de Jesús,
quien me decía:
19 »“Pero Señor —argumenté—, seguramente ellos saben que, en cada sinagoga, yo encarcelé y golpeé a los que creían en ti.
20 Y estuve totalmente de acuerdo cuando mataron a tu testigo Esteban. Estuve allí cuidando los abrigos que se quitaron cuando lo apedrearon”.
21 »Pero el Señor me dijo:
».
22 La multitud escuchó hasta que Pablo dijo esta palabra. Entonces todos comenzaron a gritar: «¡Llévense a ese tipo! ¡No es digno de vivir!».
23 Gritaron, arrojaron sus abrigos y lanzaron puñados de polvo al aire.
24 Pablo revela su ciudadanía romana
El comandante llevó a Pablo adentro y ordenó que lo azotaran con látigos para hacerlo confesar su delito. Quería averiguar por qué la multitud se había enfurecido.
25 Cuando ataron a Pablo para azotarlo, Pablo le preguntó al oficial
que estaba allí:
—¿Es legal que azoten a un ciudadano romano que todavía no ha sido juzgado?

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Hechos 22:5 de lo cual pueden testificar el sumo sacerdote y todo el concilio de los ancianos. También de ellos recibí cartas para los hermanos, y me puse en marcha para Damasco con el fin de traer presos a Jerusalén también a los que estaban allá, para que fueran castigados.

English Standard Version ESV

Acts 22:5 as the high priest and the whole council of elders can bear me witness. From them I received letters to the brothers, and I journeyed toward Damascus to take those also who were there and bring them in bonds to Jerusalem to be punished.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Hechos 22:5 como también el príncipe de los sacerdotes me es testigo, y todos los ancianos; de los cuales también tomando letras a los hermanos, iba a Damasco para traer presos a Jerusalén aun a los que estuvieran allí, para que fueran castigados

King James Version KJV

New King James Version NKJV

Acts 22:5 as also the high priest bears me witness, and all the council of the elders, from whom I also received letters to the brethren, and went to Damascus to bring in chains even those who were there to Jerusalem to be punished.

Nueva Versión Internacional NVI

Hechos 22:5 y así lo pueden atestiguar el sumo sacerdote y todo el Consejo de ancianos. Incluso obtuve de parte de ellos cartas de extradición para nuestros hermanos judíos en Damasco, y fui allá con el fin de traer presos a Jerusalén a los que encontrara, para que fueran castigados.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Hechos 22:5 Como también el príncipe de los sacerdotes me es testigo, y todos los ancianos; de los cuales también tomando letras á los hermanos, iba á Damasco para traer presos á Jerusalem aun á los que estuviesen allí, para que fuesen castigados.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Hechos 22:5 como también el príncipe de los sacerdotes me es testigo, y todos los ancianos; de los cuales también tomando letras a los hermanos, iba a Damasco para traer presos a Jerusalén aun a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados.

Herramientas de Estudio para Hechos 22:5-25