8
"Mía es la plata y mío es el oro"declara el SEÑOR de los ejércitos.
9
"La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera"dice el SEÑOR de los ejércitos"y en este lugar daré paz"declara el SEÑOR de los ejércitos.
10
El día veinticuatro del mes noveno, en el año segundo de Darío, vino la palabra del SEÑOR al profeta Hageo, diciendo:
11
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Pide ahora instrucción a los sacerdotes:
12
'Si alguno lleva carne consagrada en la falda de su vestidura, y toca con su falda pan, alimento cocido, vino, aceite o cualquier otro alimento, ¿quedará éste consagrado?' Y los sacerdotes respondieron, y dijeron: No.
13
Y dijo Hageo: Si alguno, inmundo por el contacto con un cadáver, toca cualquiera de estas cosas, ¿quedará inmunda? Respondieron los sacerdotes, y dijeron: Quedará inmunda.
14
Entonces volvió a hablar Hageo y dijo: "Así es este pueblo y así es esta nación delante de mí"declara el SEÑOR"y así es toda obra de sus manos; y lo que aquí ofrecen, inmundo es.
15
"Ahora pues, considerad bien esto de hoy en adelante: antes que se pusiera piedra sobre piedra en el templo del SEÑOR,
16
desde aquel tiempo, venía alguno a un montón de veinte medidas, y había solo diez; venía alguno al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había solo veinte.
17
"Os herí con viento abrasador, con añublo y con granizo en toda obra de vuestras manos; pero ninguno de vosotros se volvió a mí"declara el SEÑOR.
18
"Pero considerad bien esto desde hoy en adelante, desde el día veinticuatro del mes noveno; desde el día en que se pusieron los cimientos del templo del SEÑOR, considerad bien: