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El día veinticuatro del mes noveno, en el año segundo de Darío, vino la palabra del SEÑOR al profeta Hageo, diciendo:
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Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Pide ahora instrucción a los sacerdotes:
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'Si alguno lleva carne consagrada en la falda de su vestidura, y toca con su falda pan, alimento cocido, vino, aceite o cualquier otro alimento, ¿quedará éste consagrado?' Y los sacerdotes respondieron, y dijeron: No.
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Y dijo Hageo: Si alguno, inmundo por el contacto con un cadáver, toca cualquiera de estas cosas, ¿quedará inmunda? Respondieron los sacerdotes, y dijeron: Quedará inmunda.
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Entonces volvió a hablar Hageo y dijo: "Así es este pueblo y así es esta nación delante de mí"declara el SEÑOR"y así es toda obra de sus manos; y lo que aquí ofrecen, inmundo es.
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"Ahora pues, considerad bien esto de hoy en adelante: antes que se pusiera piedra sobre piedra en el templo del SEÑOR,
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desde aquel tiempo, venía alguno a un montón de veinte medidas, y había solo diez; venía alguno al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había solo veinte.
17
"Os herí con viento abrasador, con añublo y con granizo en toda obra de vuestras manos; pero ninguno de vosotros se volvió a mí"declara el SEÑOR.
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"Pero considerad bien esto desde hoy en adelante, desde el día veinticuatro del mes noveno; desde el día en que se pusieron los cimientos del templo del SEÑOR, considerad bien:
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"¿Está todavía la semilla en el granero? Todavía la vid, la higuera, el granado y el olivo no han dado fruto; pero desde hoy yo os bendeciré."
20
Y la palabra del SEÑOR vino por segunda vez a Hageo, el día veinticuatro del mes, diciendo: