11
Ahora bien, Dios vio que la tierra se había corrompido y estaba llena de violencia.
12
Dios observó toda la corrupción que había en el mundo, porque todos en la tierra eran corruptos.
13
Entonces Dios le dijo a Noé: «He decidido destruir a todas las criaturas vivientes, porque han llenado la tierra de violencia. Así es, ¡los borraré a todos y también destruiré la tierra!
14
»Construye una gran barca
de madera de ciprés
y recúbrela con brea por dentro y por fuera para que no le entre agua. Luego construye pisos y establos por todo su interior.
15
Haz la barca de ciento treinta y ocho metros de longitud, veintitrés metros de anchura y catorce metros de altura.
16
Deja una abertura de cuarenta y seis centímetros
por debajo del techo, alrededor de toda la barca. Pon la puerta en uno de los costados y construye tres pisos dentro de la barca: inferior, medio y superior.
17
»¡Mira! Estoy a punto de cubrir la tierra con un diluvio que destruirá a todo ser vivo que respira. Todo lo que hay en la tierra morirá,
18
pero confirmaré mi pacto contigo. Así que entren en la barca tú y tu mujer, y tus hijos y sus esposas.
19
Mete en la barca junto contigo a una pareja —macho y hembra— de cada especie animal a fin de mantenerlos vivos durante el diluvio.
20
Una pareja de cada especie de ave, de animal, y de animal pequeño que corre por el suelo vendrá a ti para mantenerse con vida.
21
Y asegúrate de llevar a bordo suficiente alimento para tu familia y para todos los animales».
22
Entonces Noé hizo todo exactamente como Dios se lo había ordenado.