7
Y él preguntó á aquellos eunucos de Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes?
8
Y ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo declare. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las declaraciones? Contádmelo ahora.
9
Entonces el principal de los coperos contó su sueño á José, y díjole: Yo soñaba que veía una vid delante de mí,
10
Y en la vid tres sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo á madurar sus racimos de uvas:
11
Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas, y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón.
12
Y díjole José: Esta es su declaración: Los tres sarmientos son tres días:
13
Al cabo de tres días Faraón te hará levantar cabeza, y te restituirá á tu puesto: y darás la copa á Faraón en su mano, como solías cuando eras su copero.
14
Acuérdate, pues, de mí para contigo cuando tuvieres ese bien, y ruégote que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí á Faraón, y me saques de esta casa:
15
Porque hurtado he sido de la tierra de los Hebreos; y tampoco he hecho aquí porqué me hubiesen de poner en la cárcel.
16
Y viendo el principal de los panaderos que había declarado para bien, dijo á José: También yo soñaba que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza;
17
Y en el canastillo más alto había de todas las viandas de Faraón, obra de panadero; y que las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza.