11
Ahora pues, maldito eres de la tierra, que ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
12
Cuando cultives el suelo, no te dará más su vigor; vagabundo y errante serás en la tierra.
13
Y Caín dijo al SEÑOR: Mi castigo es demasiado grande para soportarlo.
14
He aquí, me has arrojado hoy de la faz de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré vagabundo y errante en la tierra; y sucederá que cualquiera que me halle me matará.
15
Entonces el SEÑOR le dijo: No será así; pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza. Y puso el SEÑOR una señal sobre Caín, para que cualquiera que lo hallase no lo matara.
16
Y salió Caín de la presencia del SEÑOR, y se estableció en la tierra de Nod, al oriente del Edén.
17
Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad y la llamó Enoc, como el nombre de su hijo.
18
A Enoc le nació Irad, Irad engendró a Mehujael, Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec.
19
Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de una era Ada, y el nombre de la otra, Zila.
20
Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y tienen ganado.
21
Su hermano se llamaba Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan la lira y la flauta.