21
Finalmente llegó el momento de casarse con ella. «He cumplido mi parte del acuerdo —le dijo Jacob a Labán—. Ahora entrégame a mi esposa para acostarme con ella».
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Entonces Labán invitó a toda la gente de los alrededores y preparó una fiesta de bodas;
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pero aquella noche, cuando estaba oscuro, Labán tomó a Lea y se la entregó a Jacob, y él durmió con ella.
24
(Labán le había dado a Lea una sierva, Zilpa, para que la atendiera).
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A la mañana siguiente, cuando Jacob se despertó, ¡vio que era Lea!
—¿Qué me has hecho? —le dijo a Labán con furia—. ¡He trabajado siete años por Raquel! ¿Por qué me has engañado?
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—Aquí no es nuestra costumbre casar a la hija menor antes que a la mayor —contestó Labán—,
27
pero espera hasta que termine la semana nupcial y entonces te daré también a Raquel, siempre y cuando prometas trabajar para mí otros siete años.
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Así que Jacob aceptó trabajar siete años más. Una semana después de casarse con Lea, Labán también le entregó a Raquel.
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(Labán le dio a Raquel una sierva, Bilha, para que la atendiera).
30
Entonces Jacob durmió también con Raquel, y la amó mucho más que a Lea. Y se quedó allí y trabajó para Labán los siete años adicionales.
31
Los muchos hijos de Jacob
Cuando el Señor
vio que Lea no era amada, le concedió que tuviera hijos, pero Raquel no podía concebir.