2
—Yo ya soy un hombre viejo —dijo Isaac—, y no sé cuándo moriré.
3
Toma tu arco y una aljaba llena de flechas, y sal a campo abierto a cazar un animal para mí.
4
Prepara mi comida preferida y tráemela aquí para que la coma. Entonces pronunciaré la bendición que te pertenece a ti, mi primer hijo varón, antes de que yo muera.
5
Rebeca oyó lo que Isaac le había dicho a su hijo Esaú. Entonces, cuando Esaú salió a cazar un animal,
6
ella le dijo a su hijo Jacob:
—Escucha. Oí a tu padre decirle a Esaú:
7
“Caza un animal y prepárame una comida deliciosa. Entonces te bendeciré en presencia del Señor
antes de morir”.
8
Ahora, hijo mío, escúchame. Haz exactamente lo que yo te diga.
9
Vete a los rebaños y tráeme dos de los mejores cabritos. Con ellos prepararé el plato favorito de tu padre.
10
Después lleva la comida a tu padre para que se la coma y te bendiga antes de morir.
11
—Pero mira —respondió Jacob a Rebeca—, mi hermano Esaú es muy velludo; en cambio, mi piel es suave.
12
¿Y si mi padre me toca? Entonces se dará cuenta de que intento engañarlo, y en lugar de bendecirme, me maldecirá.