34
—Yo soy siervo de Abraham —explicó—.
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Y el Señor
ha bendecido mucho a mi amo; y él se ha enriquecido. El Señor
le ha dado rebaños de ovejas y cabras, manadas de ganado, una fortuna en plata y en oro, y muchos siervos y siervas, camellos y burros.
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»Cuando Sara, la esposa de mi amo, era ya muy anciana, le dio un hijo a mi amo, y mi amo le ha dado a él todo lo que posee.
37
Mi amo me hizo jurar, y me dijo: “No dejes que mi hijo se case con una de esas mujeres cananeas.
38
Sino que vuelve a la casa de mi padre, a mis parientes, y encuentra allí una esposa para mi hijo”.
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»Pero yo le dije a mi amo: “¿Y si no encuentro una joven que esté dispuesta a regresar conmigo?”.
40
Y él contestó: “El Señor
, en cuya presencia he vivido, enviará a su ángel contigo y hará que tu misión tenga éxito. Es verdad, debes encontrar una esposa para mi hijo entre mis parientes, en la familia de mi padre.
41
Entonces habrás cumplido tu obligación; pero si vas a mis parientes y ellos se niegan a dejarla ir contigo, quedarás libre de mi juramento”.
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»Así que cuando llegué al manantial, hice esta oración: “Oh Señor
, Dios de mi amo, Abraham, te ruego que me des éxito en esta misión.
43
Mira, aquí estoy, parado junto a este manantial, y esta es mi petición: cuando venga una joven a sacar agua, yo le diré: ‘Por favor, deme de beber un poco de agua de su cántaro’;
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si ella dice: ‘Sí, beba usted, y también sacaré agua para sus camellos’, que sea ella la que has elegido para ser la esposa del hijo de mi amo”.