1
También digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del siervo, aunque es el señor de todo;
2
pero está bajo la mano de tutores y administradores hasta el tiempo señalado por el padre.
3
Así también nosotros, cuando éramos niños, éramos siervos bajo los elementos del mundo.
4
Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, nacido de mujer, nacido súbdito de la ley,
5
para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
6
Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre.
7
Así que ya no eres más siervo, sino hijo, y si hijo, también heredero de Dios por Cristo.