8
»”El príncipe tendrá que entrar por la puerta por medio de la antesala y saldrá por el mismo lugar.
9
En cambio, durante los festivales religiosos, cuando algunos del pueblo entren por la puerta norte para adorar al Señor
, tendrán que salir por la puerta sur; y los que entraron por la puerta sur deberán salir por la puerta norte. Nunca saldrán por donde entraron, sino que utilizarán siempre la entrada opuesta.
10
En esas ocasiones el príncipe entrará y saldrá con el pueblo.
11
»”Entonces en las fiestas especiales y los festivales sagrados, la ofrenda de grano consistirá de una canasta de harina selecta con cada becerro, otra canasta de harina con cada carnero y la cantidad de harina que el príncipe decida presentar con cada cordero. Con cada canasta de harina, habrá que entregar unos cuatro litros de aceite de oliva.
12
Cuando el príncipe presente al Señor
una ofrenda quemada o una ofrenda de paz voluntaria, se le abrirá la puerta oriental al atrio interior y ofrecerá sus sacrificios como lo hace los días de descanso. Luego saldrá y cerrarán la puerta detrás de él.
13
»”Cada mañana sacrificarás, como ofrenda quemada al Señor
, un cordero de un año sin defecto.
14
Junto con el cordero, se presentará también al Señor
una ofrenda de grano, que consistirá en unos tres kilos de harina selecta con casi un litro y medio de aceite de oliva
para humedecer la harina selecta. Esta será una ley perpetua para ti.
15
El cordero, la ofrenda de grano y el aceite de oliva se entregarán como sacrificio diario, cada mañana, sin excepción.
16
»”Esto dice el Señor
Soberano: si el príncipe le regala un terreno a uno de sus hijos como herencia, le pertenecerá al hijo y a sus descendientes para siempre.
17
Sin embargo, si el príncipe, de su herencia le obsequia un terreno a uno de sus siervos, el siervo solo podrá conservarlo hasta el año de jubileo, que se celebra cada cincuenta años.
Llegado ese tiempo, se devolverá el terreno al príncipe. En cambio, los regalos que el príncipe les dé a sus hijos, serán permanentes.
18
Además, el príncipe nunca podrá quitarle a nadie su tierra por la fuerza. Si le regala propiedades a sus hijos, tendrán que ser de su propia tierra, porque no deseo que ninguno de mi pueblo sea desalojado injustamente de su propiedad”».