13
El altar
»Estas son las medidas del altar:
alrededor del altar hay una zanja de cincuenta y tres centímetros de profundidad por cincuenta y tres centímetros de ancho,
con un reborde de veintitrés centímetros
de ancho. Esta es la altura
del altar:
14
desde la zanja, el altar se eleva un metro con diez centímetros
hasta una saliente inferior de cincuenta y tres centímetros
de ancho, que rodea el altar. Desde la saliente inferior, el altar se eleva dos metros con diez centímetros
hasta la saliente superior, también de cincuenta y tres centímetros de ancho.
15
La parte superior del altar —la plataforma para el fuego— se eleva otros dos metros con diez centímetros y tiene un cuerno hacia arriba en cada una de las cuatro esquinas.
16
La parte superior del altar es cuadrada y mide seis metros con cuarenta centímetros de lado.
17
La saliente superior también forma un cuadrado de siete metros con cuarenta centímetros de lado,
tiene una zanja de cincuenta y tres centímetros, un reborde de veintisiete centímetros
por alrededor y escalones para subir al altar por el lado oriental».
18
Luego me dijo: «Hijo de hombre, esto dice el Señor
Soberano: cuando se construya el altar, estas serán las ordenanzas para quemar las ofrendas y rociar la sangre.
19
En ese tiempo, a los sacerdotes levitas de la familia de Sadoc, quienes ministran delante de mí, se les dará un becerro para la ofrenda por el pecado, dice el Señor
Soberano.
20
Tomarás parte de la sangre del animal y con ella untarás los cuatro cuernos del altar, las cuatro esquinas de la saliente superior y el reborde que rodea la saliente. Esto limpiará el altar y hará expiación por él.
21
Luego tomarás el becerro para la ofrenda por el pecado y lo quemarás en el lugar indicado afuera de la zona del templo.
22
»El segundo día, sacrificarás como ofrenda por el pecado un cabrito que no tenga ningún defecto físico. Después, nuevamente limpiarás el altar y harás expiación por él, tal como hiciste con el becerro.
23
Cuando hayas terminado con la ceremonia de purificación, ofrecerás otro becerro que no tenga defectos y un carnero perfecto del rebaño.