8
Mientras yo observaba, vi que se formaron músculos y apareció carne sobre los huesos. Después se formó piel para recubrir los cuerpos, pero aún no tenían aliento de vida.
9
Luego me dijo: «Hijo de hombre, anuncia un mensaje profético a los vientos. Anuncia un mensaje profético y di: “Esto dice el Señor
Soberano: ‘¡Ven, oh aliento, ven de los cuatro vientos y sopla en estos cuerpos muertos para que vuelvan a vivir!’”».
10
Así que yo anuncié el mensaje como él me ordenó y entró aliento en los cuerpos. Todos volvieron a la vida y se pusieron de pie; era un gran ejército.
11
Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos representan al pueblo de Israel. Ellos dicen: “Nos hemos vuelto huesos viejos y secos; hemos perdido toda esperanza. Nuestra nación está acabada”.
12
Por lo tanto, profetiza y diles: “Esto dice el Señor
Soberano: ‘Oh pueblo mío, abriré las tumbas del destierro y haré que te levantes. Luego te regresaré a la tierra de Israel.
13
Cuando eso suceda, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor
.
14
Pondré mi Espíritu en ti, volverás a vivir y regresarás a tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor
, he hablado y que he cumplido mi palabra. ¡Sí, el Señor
ha hablado!’”».
15
Reunificación de Israel y Judá
Nuevamente recibí un mensaje del Señor
:
16
«Hijo de hombre, toma un trozo de madera y grábale estas palabras: “Esto representa a Judá y a sus tribus aliadas”. Luego toma otro trozo y graba en él estas palabras: “Esto representa a Efraín y a las tribus del norte de Israel”
.
17
Ahora toma ambos trozos en tu mano como si fueran una sola pieza de madera.
18
Cuando la gente te pregunte qué significa lo que haces,