4
Por lo tanto, montes de Israel, oigan la palabra del Señor
Soberano. Él habla a las colinas y a los montes; a los barrancos y a los valles; a las asoladas tierras baldías y a las ciudades abandonadas de hace tiempo, que fueron destruidas y burladas por naciones vecinas.
5
Esto dice el Señor
Soberano: el enojo de mis celos arde contra esas naciones, especialmente contra Edom, porque me trataron con total desprecio cuando, con aires de triunfo, se apoderaron de mi tierra y la tomaron como botín”.
6
»Por lo tanto, profetiza a las colinas y a los montes, a los barrancos y a los valles de Israel. Esto dice el Señor
Soberano: “Estoy furioso porque pasaron vergüenza ante las naciones vecinas.
7
Por lo tanto, esto dice el Señor
Soberano: he jurado solemnemente que pronto esas naciones tendrán que soportar su propia vergüenza.
8
»”Sin embargo, los montes de Israel producirán abundantes cosechas de frutos para mi pueblo, ¡que ya pronto regresará a casa!
9
Ya ven, ustedes me importan y les prestaré atención. Su suelo será arado y se sembrarán cultivos.
10
Aumentaré en gran manera la población de Israel y las ciudades en ruinas se reconstruirán y se llenarán de gente.
11
No solo aumentaré el número de habitantes, sino también de animales. Oh montes de Israel, traeré gente para que vuelva a habitarlos. Los haré aún más prósperos que antes. Así sabrán que yo soy el Señor
.
12
Haré que mi pueblo vuelva a transitarlos y ustedes formarán parte de su territorio. Nunca más privarán ustedes a mi pueblo de sus hijos.
13
»”Esto dice el Señor
Soberano: las demás naciones se mofan de ti al decir: ‘¡Israel es una tierra que devora a su propia gente y deja a la nación sin hijos!’;
14
pero nunca más devorarás a tu gente ni los dejarás sin hijos, dice el Señor
Soberano.