2
«Hijo de hombre, ponte de cara al monte Seir y profetiza contra sus habitantes.
3
Dales este mensaje de parte del Señor
Soberano:
»“Oh monte Seir, yo soy tu enemigo
y levantaré mi puño contra ti
para destruirte por completo.
4
Demoleré tus ciudades
y te dejaré desolado.
Entonces sabrás que yo soy el Señor
.
5
»”Tu eterno odio por los israelitas te llevó a masacrarlos cuando estaban indefensos, cuando ya los había castigado por todos sus pecados.
6
Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor
Soberano, ya que no muestras rechazo alguno a la sangre, te daré tu propio baño de sangre. ¡Ahora te toca a ti!
7
Haré del monte Seir una desolación total; mataré a los que traten de escapar y a cualquiera que regrese.
8
Llenaré tus montes con los cadáveres. Tus colinas, valles y barrancos se colmarán de gente masacrada a espada.
9
Te dejaré desolado para siempre; tus ciudades jamás se reconstruirán. Entonces sabrás que yo soy el Señor
.
10
»”Pues dijiste: ‘Los territorios de Israel y Judá serán míos; me apoderaré de ellos. ¡Qué me importa que el Señor
esté allí!’.
11
Por lo tanto, tan cierto como que yo vivo, dice el Señor
Soberano, te pagaré todos tus actos de enojo con los míos. Te castigaré por todos tus actos de enojo, envidia y odio; y me daré a conocer a Israel
por medio de lo que yo te haga a ti.
12
Entonces sabrás que yo, el Señor
, he oído cada palabra de desprecio que pronunciaste contra los montes de Israel. Pues dijiste: ‘¡Están desolados; nos fueron entregados para que los comamos!’.