23
Sus tumbas están en lo más hondo de la fosa, rodeadas por las de sus aliados. Antes infundían terror en el corazón de muchos por todas partes, ahora fueron masacrados a espada.
24
»Allí está Elam, rodeado por las tumbas de todas sus multitudes, los que fueron masacrados a espada. Antes infundían terror en el corazón de muchos por todas partes, ahora descendieron como paganos al mundo de abajo. Ahora yacen en la fosa, con la misma vergüenza de los que murieron antes que ellos.
25
Tienen un lugar de descanso entre los masacrados, rodeados por las tumbas de todas sus multitudes. Sí, en vida aterrorizaban a las naciones, pero ahora quedaron avergonzados junto con los demás de la fosa, todos paganos, masacrados a filo de espada.
26
»Allí están Mesec y Tubal, rodeados por las tumbas de todas sus multitudes. Antes infundían terror por todas partes en el corazón de muchos; pero ahora son paganos, todos masacrados a espada.
27
No fueron enterrados con honores, como sus héroes caídos, quienes descendieron a la tumba
con sus armas: con el cuerpo cubierto por su escudo
y con la espada debajo de la cabeza. Ellos cargan con la culpa porque en vida aterrorizaban a todos.
28
»También tú, Egipto, yacerás aplastado y destruido entre los paganos, todos masacrados a espada.
29
»Edom está allí con sus reyes y príncipes. Aunque eran poderosos, también yacen entre los masacrados a espada, entre los paganos que descendieron a la fosa.
30
»Todos los príncipes del norte y los sidonios están allí junto a otros que han muerto. Antes sembraban el terror, ahora son avergonzados. Yacen como paganos junto a otros que fueron masacrados a espada; y cargan con la misma vergüenza de todos los que descendieron a la fosa.
31
»Cuando llegue el faraón con todo su ejército, se consolará al ver que no fue el único que perdió a sus multitudes en batalla, dice el Señor
Soberano.
32
Aunque hice que sembrara el terror entre todos los seres vivientes, el faraón y sus multitudes yacerán en medio de los paganos que fueron masacrados a espada. ¡Yo, el Señor
Soberano, he hablado!».