22
Por tanto, Aholiba, así dijo el Señor DIOS: He aquí que yo despierto tus amantes contra ti, de los cuales se hartó tu deseo, y yo les haré venir contra ti en derredor
23
los de Babilonia, y todos los caldeos, mayordomos, y príncipes, y capitanes, todos los de Asiria con ellos; mancebos todos ellos de codiciar, capitanes y príncipes, todos ellos; nobles y principales, que montan a caballo todos ellos
24
Y vendrán sobre ti carros, carretas, y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, y paveses, y capacetes pondrán contra ti en derredor; y yo daré el juicio delante de ellos, y por sus leyes te juzgarán
25
Y pondré mi celo contra ti, y obrarán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas; y lo que te quedare caerá a espada. Ellos tomarán tus hijos y tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego
26
Y te desnudarán de tus vestidos, y tomarán los vasos de tu gloria
27
Y haré cesar de ti tu suciedad, y tu fornicación de la tierra de Egipto; ni más levantarás a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto
28
Porque así dijo el Señor DIOS: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hartó tu deseo
29
los cuales obrarán contigo con odio, y tomarán todo lo que tú trabajaste, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la torpeza de tus fornicaciones, y tu suciedad, y tus fornicaciones
30
Estas cosas se harán contigo, porque fornicaste en pos de los gentiles, con los cuales te contaminaste con sus ídolos
31
En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su cáliz en tu mano
32
Así dijo el Señor DIOS: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana; de ti se mofarán los gentiles, y te escarnecerán; de gran cabida será el cáliz
33
Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y de asolamiento, por el cáliz de tu hermana Samaria
34
Lo beberás pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y tus pechos arrancarás; porque yo he hablado, dijo el Señor DIOS
35
Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu suciedad y tus fornicaciones
36
Y me dijo el SEÑOR: Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola, y a Aholiba, y les denunciarás sus abominaciones
37
Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun sus hijos que me habían engendrado, hicieron pasar por el fuego a ellos, quemándolos
38
Aun esto más me hicieron; contaminaron mi Santuario en aquel día, y profanaron mis sábados
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pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi Santuario el mismo día para contaminarlo y he aquí, así hicieron en medio de mi Casa
40
Y cuanto más, que enviaron por hombres que vienen de lejos, a los cuales había sido enviado mensajero; y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y pintaste tus ojos, y te ataviaste con adornos
41
y te sentaste sobre suntuoso estrado, y fue adornada mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi perfume y mi óleo
42
Y se oyó en ella voz de compañía en fiesta; y con los varones fueron traídos los sabeos del desierto para multiplicar los hombres; y pusieron manillas sobre sus manos, y coronas de gloria sobre sus cabezas