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que portaban magníficos cinturones y sobre la cabeza turbantes grandes y distinguidos. Estaban vestidos como oficiales de carros de guerra de la tierra de Babilonia.
16
Cuando ella vio esas imágenes, anheló entregarse a ellos y envió mensajeros a Babilonia para invitarlos a que la visitaran.
17
Entonces vinieron y cometieron adulterio con ella, y la corrompieron en la cama del amor. No obstante, después de contaminarse con ellos, los rechazó con asco.
18
»Asimismo, yo sentí asco por Aholibá y la rechacé, tal como había rechazado a su hermana, porque se exhibió delante de ellos y se les entregó para satisfacerles sus pasiones sexuales.
19
Sin embargo, ella se prostituyó mucho más recordando su juventud cuando se había prostituido en Egipto.
20
Sintió deseos sensuales por sus amantes con órganos sexuales tan grandes como los del burro, que eyaculan como un caballo.
21
Y así, Aholibá, reviviste el pasado, esos días de jovencita en Egipto, cuando dejaste que te manosearan los senos por primera vez.
22
El Señor
juzga a Aholibá
»Por lo tanto, Aholibá, esto dice el Señor
Soberano: de todas partes enviaré a tus amantes contra ti, esas mismas naciones de las que te alejaste con asco.
23
Pues los babilonios vendrán con todos los caldeos de Pecod, de Soa y de Coa. Junto con ellos llegarán todos los asirios, esos jóvenes y apuestos capitanes, comandantes, oficiales de carros de guerra y demás oficiales de alto rango, cada uno montado a caballo.
24
Todos ellos vendrán contra ti desde el norte
con carros de guerra, carretas y un gran ejército preparado para atacar. Tomarán posiciones de batalla por todas partes y te rodearán de hombres armados con escudos y yelmos. Yo te entregaré a ellos para castigarte, a fin de que hagan contigo lo que quieran.
25
Descargaré sobre ti el enojo de mis celos y ellos te tratarán con dureza. Te cortarán la nariz y las orejas, y a los sobrevivientes los matarán a espada. Se llevarán a tus hijos cautivos y quemarán todo lo que quede.
26
Te arrancarán tus hermosas ropas y joyas.
27
De ese modo pondré fin a la lascivia y a la prostitución que trajiste de Egipto. Nunca más tus ojos anhelarán aquellas cosas ni recordarás con nostalgia tus días en Egipto.
28
»Pues esto dice el Señor
Soberano: ciertamente te entregaré a tus enemigos, a esos que detestas, a quienes rechazaste.
29
Te tratarán con odio, te robarán todo lo que tienes y te dejarán completamente desnuda. Tu vergonzosa prostitución quedará a la vista de todo el mundo.
30
Tú misma te provocaste todo esto al prostituirte con otras naciones y contaminarte con todos sus ídolos.
31
Por haber seguido los pasos de tu hermana, te obligaré a beber de la misma copa de terror que ella bebió.
32
»Sí, esto dice el Señor
Soberano:
»Beberás de la copa de terror de tu hermana,
una copa grande y profunda,
que está llena hasta el borde
de burla y de desprecio.
33
Te llenarás de borrachera y angustia,
pues tu copa rebosa de aflicción y desolación;
es la misma copa que bebió tu hermana, Samaria.
34
Beberás toda esa copa de terror
hasta la última gota.
Luego la romperás en pedazos
y te golpearás el pecho en señal de angustia.
¡Yo, el Señor
Soberano, he hablado!
35
»Y porque te olvidaste de mí y me diste la espalda, esto dice el Señor
Soberano: tendrás que sufrir las consecuencias de toda tu lascivia y de tu prostitución».