7
Por lo tanto, hice lo que se me ordenó. A plena luz del día, saqué mi equipaje, lleno de cosas que llevaría al destierro. Por la tarde, mientras el pueblo seguía observando, cavé con las manos un hueco en la muralla y salí en la oscuridad de la noche con el equipaje sobre los hombros.
8
A la mañana siguiente, recibí este mensaje del Señor
:
9
«Hijo de hombre, esos rebeldes —el pueblo de Israel— te han preguntado qué significa todo lo que haces.
10
Diles: “Esto dice el Señor
Soberano: ‘Estas acciones contienen un mensaje para el rey Sedequías, en Jerusalén,
y para todo el pueblo de Israel’”.
11
Explica, entonces, que tus acciones son una señal para mostrar lo que pronto les sucederá a ellos, pues serán llevados cautivos al destierro.
12
»Hasta Sedequías se irá de Jerusalén de noche por un hueco en la muralla, cargando sólo lo que pueda llevar consigo. Se cubrirá el rostro y sus ojos no verán la tierra que deja atrás.
13
Luego lanzaré mi red sobre él y lo capturaré con mi trampa. Lo llevaré a Babilonia, el territorio de los babilonios,
aunque él nunca lo verá y allí morirá.
14
Esparciré a los cuatro vientos a sus siervos y guerreros, y mandaré la espada tras ellos.
15
Entonces, cuando los disperse entre las naciones, sabrán que yo soy el Señor
.
16
No obstante, a algunos los libraré de morir en la guerra o por enfermedades o de hambre, para que confiesen sus pecados detestables a sus captores. ¡Entonces sabrán que yo soy el Señor
!».
17
Luego recibí este mensaje del Señor
: