9
En el plazo de tres días, todo el pueblo de Judá y de Benjamín se reunió en Jerusalén. La asamblea tuvo lugar el 19 de diciembre,
y todos los israelitas estaban sentados en la plaza, frente al templo de Dios. Temblaban por la seriedad del asunto y también porque estaba lloviendo.
10
Entonces Esdras, el sacerdote, se puso de pie y les dijo:
—Ustedes han cometido un pecado terrible; al casarse con mujeres paganas, han aumentado la culpa de Israel.
11
Por lo tanto, confiesen ahora su pecado al Señor
, Dios de sus antepasados, y hagan lo que él exige. Apártense de los habitantes de esta tierra y sepárense de esas mujeres paganas.
12
Entonces toda la asamblea levantó la voz y respondió:
—¡Sí, tienes razón; debemos hacer lo que tú dices!
13
Luego agregaron:
—No es algo que pueda resolverse en uno o dos días, porque muchos de nosotros estamos implicados en este asunto sumamente pecaminoso. Además, estamos en temporada de lluvias, así que no podemos quedarnos aquí afuera mucho más tiempo.
14
Que nuestros líderes actúen en nombre de todos nosotros. Que todo el que tenga una esposa pagana venga a una determinada hora, acompañado por los líderes y jueces de su ciudad, para que la ira feroz de nuestro Dios por este asunto se aleje de nosotros.
15
Los únicos que se opusieron a estas medidas fueron Jonatán, hijo de Asael, y Jahazías, hijo de Ticva, ambos respaldados por Mesulam y el levita Sabetai.
16
Así que adoptaron el plan sugerido por la asamblea. Esdras escogió jefes para que representaran a sus familias y nombró a cada representante por nombre. El 29 de diciembre
los jefes se pusieron a investigar el asunto.
17
Para el 27 de marzo, que era el primer día del nuevo año,
ya habían terminado de resolver los casos de todos los hombres que se habían casado con mujeres paganas.
18
Los culpables de matrimonios mixtos
Los siguientes son los sacerdotes que habían tomado mujeres paganas como esposas:
De la familia de Jesúa, hijo de Jehosadac,
y sus hermanos: Maaseías, Eliezer, Jarib y Gedalías.
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Ellos juraron divorciarse de sus esposas, y cada uno reconoció su culpabilidad presentando un carnero como ofrenda por la culpa.