7
Trabajen con entusiasmo, como si lo hicieran para el Señor y no para la gente.
8
Recuerden que el Señor recompensará a cada uno de nosotros por el bien que hagamos, seamos esclavos o libres.
9
Y ustedes, amos, traten a sus esclavos de la misma manera. No los amenacen; recuerden que ambos tienen el mismo Amo en el cielo, y él no tiene favoritos.
10
Toda la armadura de Dios
Una palabra final: sean fuertes en el Señor y en su gran poder.
11
Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo.
12
Pues no luchamos
contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.
13
Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes.
14
Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios.
15
Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente preparados.
16
Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo.
17
Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios.