1 Qué maravilloso es ser sabio,
poder analizar e interpretar las cosas.
La sabiduría ilumina el rostro de una persona,
suaviza la dureza de sus facciones.
2 La obediencia al rey
Obedece al rey porque lo juraste ante Dios.
3 No trates de evitar cumplir con tu deber ni te juntes con los que conspiran maldad, porque el rey puede hacer lo que se le antoje.
4 Sus órdenes tienen el respaldo de su gran poder. Nadie puede oponerse ni cuestionarlas.
5 Quienes lo obedezcan no serán castigados. Los sabios encontrarán el momento y la forma de hacer lo correcto,
6 pues hay un tiempo y un modo para cada cosa, incluso cuando uno está en apuros.
7 Además, ¿cómo puede uno evitar lo que no sabe que está por suceder?
8 Nadie puede retener su espíritu y evitar que se marche. Nadie tiene el poder de impedir el día de su muerte. No hay forma de escapar de esa cita obligatoria: esa batalla oscura. Y al enfrentarse con la muerte, la maldad no rescatará al malvado.
9 El malvado y el justo
He reflexionado mucho acerca de todo lo que ocurre bajo el sol, donde las personas tienen poder para herirse unas a otras.
10 He visto que hay malvados que reciben honores en su entierro. Sin embargo, eran los mismos que frecuentaban el templo, ¡y hoy se les alaba
en la misma ciudad donde cometieron sus delitos! Eso tampoco tiene sentido.
11 Cuando no se castiga enseguida un delito, la gente siente que no hay peligro en cometer maldades.
12 Sin embargo, aunque una persona peque cien veces y siga gozando de muchos años de vida, yo sé que les irá mejor a los que temen a Dios.
13 Los malvados no prosperarán, porque no temen a Dios. Sus días nunca se prolongarán, como lo hacen las sombras del anochecer.
14 Y eso no es todo lo que carece de sentido en nuestro mundo. En esta vida, a las personas buenas se les suele tratar como si fueran malvadas, y a las malvadas, como si fueran buenas. ¡Eso no tiene ningún sentido!
15 Entonces sugiero que se diviertan, ya que en este mundo no hay nada mejor para la gente que comer, beber y disfrutar de la vida. De ese modo, tendrán algo de felicidad junto con todo el arduo trabajo que Dios les da bajo el sol.
16 Mientras buscaba la sabiduría y observaba las cargas que lleva la gente aquí en la tierra, descubrí que la actividad no cesa ni de día ni de noche.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Eclesiastés 8:1 ¿Quién como el sabio? ¿Y quién otro sabe la explicación de un asunto? La sabiduría del hombre ilumina su faz y hace que la dureza de su rostro cambie.

English Standard Version ESV

Ecclesiastes 8:1 Who is like the wise? And who knows the interpretation of a thing? A man's wisdom makes his face shine, and the hardness of his face is changed.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Eclesiastés 8:1 ¿Quién como el sabio? ¿Y quién como el que sabe la interpretación de las cosas? La sabiduría de este hombre hará relucir su rostro, y la tosquedad de su semblante se mudará

King James Version KJV

Ecclesiastes 8:1 Who is as the wise man? and who knoweth the interpretation of a thing? a man's wisdom maketh his face to shine, and the boldnessa of his face shall be changed.

New King James Version NKJV

Ecclesiastes 8:1 Who is like a wise man? And who knows the interpretation of a thing? A man's wisdom makes his face shine, And the sternness of his face is changed.

Nueva Versión Internacional NVI

Eclesiastés 8:1 ¿Quién como el sabio? ¿Quién conoce las respuestas? La sabiduría del hombre hace que resplandezca su rostro y se ablanden sus facciones.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Eclesiastés 8:1 ¿Quién como el sabio? ¿y quién como el que sabe la declaración de las cosas? La sabiduría del hombre hará relucir su rostro, y mudaráse la tosquedad de su semblante.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Eclesiastés 8:1 ¿Quién como el sabio? ¿Y quién como el que sabe la interpretación de las cosas? La sabiduría de éste hombre hará relucir su rostro, y la tosquedad de su semblante se mudará.

Herramientas de Estudio para Eclesiastés 8:1-16