3 Acuérdate de él antes de que tus piernas —guardianas de tu casa— empiecen a temblar, y tus hombros —los guerreros fuertes— se encorven. Acuérdate de él antes de que tus dientes —esos pocos sirvientes que te quedan— dejen de moler, y tus pupilas —las que miran por las ventanas— ya no vean con claridad.
4 Acuérdate de él antes de que la puerta de las oportunidades de la vida se cierre y disminuya el sonido de la actividad diaria. Ahora te levantas con el primer canto de los pájaros, pero un día todos esos trinos apenas serán perceptibles.
5 Acuérdate de él antes de que tengas miedo de caerte y te preocupes de los peligros de la calle; antes de que el cabello se te ponga blanco como un almendro en flor y arrastres los pies sin energía como un saltamontes moribundo, y la alcaparra ya no estimule el deseo sexual. Acuérdate de él antes de que te falte poco para llegar a la tumba —tu hogar eterno— donde los que lamentan tu muerte llorarán en tu entierro.
6 Sí, acuérdate de tu Creador ahora que eres joven, antes de que se rompa el cordón de plata de la vida y se quiebre la vasija de oro. No esperes hasta que la jarra de agua se haga pedazos contra la fuente y la polea se rompa en el pozo.
7 Pues ese día el polvo volverá a la tierra, y el espíritu regresará a Dios, que fue quien lo dio.
8 Reflexiones finales acerca del Maestro
«Nada tiene sentido —dice el Maestro—, ningún sentido en absoluto».
9 Ten en cuenta lo siguiente: el Maestro fue considerado sabio y le enseñó a la gente todo lo que sabía. Escuchó con atención muchos proverbios, los estudió y los clasificó.
10 El Maestro se esmeró por encontrar las palabras correctas para expresar las verdades con claridad.
11 Las palabras de los sabios son como el aguijón para el ganado: dolorosas pero necesarias. El conjunto de sus dichos es como la vara con clavos que usa el pastor
para guiar a sus ovejas.
12 Pero ahora, hijo mío, déjame darte un consejo más: ten cuidado, porque escribir libros es algo que nunca termina y estudiar mucho te agota.
13 Aquí culmina el relato. Mi conclusión final es la siguiente: teme a Dios y obedece sus mandatos, porque ese es el deber que tenemos todos.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Eclesiastés 12:3 el día cuando tiemblen los guardas de la casa y los fuertes se encorven, los que muelen estén ociosos porque son pocos, y se nublen los que miran por las ventanas;

English Standard Version ESV

Ecclesiastes 12:3 in the day when the keepers of the house tremble, and the strong men are bent, and the grinders cease because they are few, and those who look through the windows are dimmed,

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Eclesiastés 12:3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas, porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas

King James Version KJV

Ecclesiastes 12:3 In the day when the keepers of the house shall tremble, and the strong men shall bow themselves, and the grinders cease because they are few, and those that look out of the windows be darkened,

New King James Version NKJV

Ecclesiastes 12:3 In the day when the keepers of the house tremble, And the strong men bow down; When the grinders cease because they are few, And those that look through the windows grow dim;

Nueva Versión Internacional NVI

Eclesiastés 12:3 Un día temblarán los guardianes de la casa,y se encorvarán los hombres de batalla;se detendrán las molenderas por ser tan pocas,y se apagarán los que miran a través de las ventanas.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Eclesiastés 12:3 Cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas, porque han disminuído, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Eclesiastés 12:3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas, porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;

Herramientas de Estudio para Eclesiastés 12:3-13