15
El trabajo de los locos los fatiga; porque no saben por dónde ir a la ciudad.
16
¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es niño, y tus príncipes banquetean de mañana!
17
¡Bienaventurada, tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas, y no por el beber!
18
Por la pereza se cae la techumbre, y por flojedad de las manos se llueve la casa.
19
Por el placer se hace el convite, y el vino alegra los vivos; y el dinero responde a todo.
20
Ni aun en tu pensamiento maldigas al rey, ni en los secretos de tu cámara maldigas al rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.