21
Ellos despertaron mis celos al rendir culto a cosas que no son Dios;
provocaron mi enojo con sus ídolos inútiles.
Ahora yo despertaré sus celos con gente que ni siquiera es pueblo,
provocaré su enojo por medio de gentiles
insensatos.
22
Pues mi enojo arde como el fuego
y quema hasta las profundidades de la tumba.
Devora la tierra y todos sus cultivos
y enciende hasta los cimientos de las montañas.
23
Amontonaré calamidades sobre ellos
y los derribaré con mis flechas.
24
Los debilitaré con hambre,
alta fiebre y enfermedades mortales.
Les enviaré los colmillos de bestias salvajes
y serpientes venenosas que se arrastran por el polvo.
25
Por fuera, la espada los matará
y por adentro, el terror los carcomerá,
tanto a los muchachos como a las jovencitas,
tanto a los niños como a los ancianos.
26
Los habría aniquilado por completo,
habría borrado hasta el recuerdo de ellos,
27
pero temí la burla de los enemigos de Israel,
quienes podrían entender mal y decir:
‘¡Nuestro poder ha triunfado!
¡El Señor
no tuvo nada que ver en eso!’”
28
»Pero Israel es una nación insensata;
su gente es necia, sin entendimiento.
29
¡Ay, si fueran sabios y entendieran estas cosas!
¡Ay, si supieran lo que les espera!
30
¿Cómo podría una persona perseguir a mil de ellos
y dos personas hacer huir a diez mil,
a menos que la Roca de ellos los hubiera vendido,
a menos que el Señor
se los hubiera entregado?
31
Pero la roca de nuestros enemigos no es como nuestra Roca,
hasta ellos mismos se dan cuenta de eso.