4
»El Señor
destruirá a las naciones que viven en esa tierra, tal como destruyó a Sehón y a Og, los reyes de los amorreos.
5
El Señor
te entregará a los que viven allí, y tú tendrás que hacer con ellos lo que te ordené.
6
¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor
tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará».
7
Luego Moisés mandó llamar a Josué y, en presencia de todo Israel, le dijo: «¡Sé fuerte y valiente! Pues tú guiarás a este pueblo a la tierra que el Señor
juró a sus antepasados que les daría. Tú serás quien la repartirá entre ellos y se la darás como sus porciones de tierra.
8
No temas ni te desalientes, porque el propio Señor
irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará».
9
Lectura pública del libro de instrucción
Entonces Moisés escribió en un libro todo el conjunto de instrucciones y se lo dio a los sacerdotes que llevaban al arca del pacto del Señor
y a los ancianos de Israel.
10
Luego Moisés les dio la siguiente orden: «Al final de cada séptimo año —el año de liberación— y durante el Festival de las Enramadas,
11
leerán este libro de instrucción a todo el pueblo de Israel cuando se reúna ante el Señor
su Dios en el lugar que él elija.
12
Convoquen a todos —a hombres, mujeres, niños y a los extranjeros que vivan en sus ciudades— para que oigan lo que dice el libro de instrucción y aprendan a temer al Señor
su Dios y a obedecer cuidadosamente todas las condiciones de estas instrucciones.
13
Háganlo para que sus hijos que no saben nada de estas instrucciones, las oigan y aprendan a temer al Señor
su Dios. Háganlo mientras vivan en la tierra que van a poseer al cruzar el Jordán».
14
Predicción de la desobediencia de Israel
Luego el Señor
le dijo a Moisés: «Ha llegado la hora de tu muerte. Llama a Josué y preséntate con él en el tabernáculo
para entregarle mi encargo a Josué allí». Entonces Moisés y Josué fueron y se presentaron en el tabernáculo.