1
Si en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para que la poseas, fuera encontrado alguien asesinado, tendido en el campo, y no se sabe quién lo mató,
2
entonces tus ancianos y tus jueces irán y medirán la distancia a las ciudades que están alrededor del muerto.
3
Y sucederá que los ancianos de la ciudad más próxima al lugar donde fue hallado el muerto, tomarán de la manada una novilla que no haya trabajado y que no haya llevado yugo;
4
y los ancianos de esa ciudad traerán la novilla a un valle de aguas perennes, el cual no haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la novilla allí en el valle.
5
Entonces se acercarán los sacerdotes, hijos de Leví, porque el SEÑOR tu Dios los ha escogido para servirle y para bendecir en el nombre del SEÑOR, y ellos decidirán todo litigio y toda ofensa;
6
y todos los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fue hallado el muerto, lavarán sus manos sobre la novilla cuya cerviz fue quebrada en el valle;