7
Por esa razón, te ordeno que apartes tres ciudades de refugio.
8
»Si el Señor
tu Dios extiende tu territorio como les juró a tus antepasados y te entrega toda la tierra que les prometió,
9
deberás designar otras tres ciudades de refugio adicionales. (Él te dará esa tierra si te aseguras de obedecer todos los mandatos que te di, es decir, si siempre amas al Señor
tu Dios y andas en sus caminos).
10
De esa manera, evitarás que mueran personas inocentes en la tierra que el Señor
tu Dios te da como tu preciada posesión. Entonces no serás responsable de la muerte de inocentes.
11
»Pero supongamos que alguien está enemistado con un vecino y le tiende una emboscada a propósito y lo mata, y luego huye a una de las ciudades de refugio.
12
En ese caso, los ancianos de la ciudad del asesino enviarán representantes a la ciudad de refugio para traerlo de regreso y entregarlo al vengador del muerto para que le quite la vida.
13
¡No sientas lástima por ese asesino! Limpia a Israel de la culpa de asesinar a personas inocentes; entonces todo te saldrá bien.
14
Interés por la justicia
»Cuando llegues a la tierra que el Señor
tu Dios te da como preciada posesión, nunca le robes terreno a otro cambiando de lugar los límites de propiedad que tus antepasados establecieron.
15
»No condenes a nadie por algún crimen o delito basado en el testimonio de un solo testigo. Los hechos del caso deben ser establecidos por el testimonio de dos o tres testigos.
16
»Si un testigo malicioso se presenta y acusa a alguien de haber cometido algún crimen o delito,
17
tanto el que acusa como el acusado deberán presentarse ante el Señor
al acudir a los sacerdotes y a los jueces que estén en ejercicio en esos días.
18
Los jueces tendrán que investigar el caso a fondo. Si el acusador presentara cargos falsos contra otro israelita,
19
le impondrás a él la sentencia que pretendía para la otra persona. De ese modo, limpiarás esa maldad que hay en medio de ti.
20
Entonces el resto del pueblo se enterará del caso y tendrá temor de cometer semejante maldad.
21
¡No muestres compasión por el culpable! La regla que seguirás es vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.