10
Para que no se derrame sangre inocente en medio de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, y seas culpable de derramar sangre.
11
Pero si hay un hombre que odia a su prójimo, y acechándolo, se levanta contra él, lo hiere, y éste muere, y después él huye a una de estas ciudades,
12
entonces los ancianos de su ciudad enviarán a sacarlo de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que muera.
13
No tendrás piedad de él; mas limpiarás de Israel la sangre del inocente, para que te vaya bien.
14
No moverás los linderos de tu prójimo, fijados por los antepasados, en la herencia que recibirás en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da en posesión.
15
No se levantará un solo testigo contra un hombre por cualquier iniquidad o por cualquier pecado que haya cometido; el caso será confirmado por el testimonio de dos o tres testigos.
16
Si un testigo falso se levanta contra un hombre para acusarle de transgresión,
17
los dos litigantes se presentarán delante del SEÑOR, delante de los sacerdotes y de los jueces que haya en esos días.
18
Y los jueces investigarán minuciosamente; y si el testigo es un testigo falso y ha acusado a su hermano falsamente,
19
entonces le haréis a él lo que él intentaba hacer a su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti.
20
Los demás oirán y temerán, y nunca más volverán a hacer una maldad semejante en medio de ti.