3
no los escuches. El Señor
tu Dios te está probando para ver si realmente lo amas con todo el corazón y con toda el alma.
4
Sirve sólo al Señor
tu Dios y teme solamente a él. Obedece sus mandatos, escucha su voz y aférrate a él.
5
Los falsos profetas o los soñadores que traten de descarriarte serán ejecutados, porque fomentan la rebelión contra el Señor
tu Dios, quien te libertó de la esclavitud y te sacó de la tierra de Egipto. Ya que tratan de desviarte del camino que el Señor
tu Dios te ordenó que siguieras, tendrás que quitarles la vida. De esa manera, eliminarás la maldad que hay en medio de ti.
6
»Supongamos que alguien trata de persuadirte en secreto —incluso podría ser tu hermano, tu hijo o tu hija, tu amada esposa o tu mejor amigo— y te dice: “Vamos, rindamos culto a otros dioses”, dioses que ni tú ni tus antepasados jamás conocieron.
7
Incluso podrían sugerir que rindas culto a los dioses de los pueblos que viven cerca o de los que viven en los extremos de la tierra.
8
No les hagas caso ni los escuches. No les tengas compasión ni les perdones la vida ni trates de protegerlos.
9
¡Deberás quitarles la vida! Da tú el primer golpe, y luego que todo el pueblo se sume.
10
Tienes que apedrear a muerte a los culpables, porque han tratado de alejarte del Señor
tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo.
11
Entonces todo Israel oirá y tendrá temor, y ya nadie volverá a actuar con tanta perversidad.
12
»Cuando comiences a vivir en las ciudades que el Señor
tu Dios te da, tal vez oigas
13
que hay sinvergüenzas en medio de ti que llevan por mal camino a los habitantes de su ciudad, diciéndoles: “Vamos, rindamos culto a otros dioses”, dioses que hasta entonces tú no conocías.