5
Mientras los israelitas estaban en la tierra de Moab, al oriente del río Jordán, Moisés les explicó con mucho cuidado las siguientes instrucciones que el Señor
había dado:
6
La orden de dejar el Sinaí
«Cuando estábamos en el monte Sinaí, el Señor
nuestro Dios nos dijo: “Ya pasaron bastante tiempo en este monte.
7
Es hora de levantar el campamento y seguir adelante. Vayan al territorio montañoso de los amorreos y a todas las regiones vecinas: el valle del Jordán, la zona montañosa, las colinas occidentales,
el Neguev y la llanura costera. Vayan a la tierra de los cananeos y al Líbano, y avancen hasta el gran río Éufrates.
8
¡Miren, les doy toda esta tierra! Entren y tomen posesión de ella, porque es la tierra que el Señor
juró dar a sus antepasados —Abraham, Isaac y Jacob— y a todos los descendientes de ellos”».
9
Moisés nombra líderes de cada tribu
Moisés siguió diciendo: «En aquel tiempo, les dije: “Ustedes son una carga demasiado pesada para sobrellevarla yo solo.
10
El Señor
su Dios los ha aumentado en cantidad, ¡son tan numerosos como las estrellas!
11
¡Que el Señor
, Dios de sus antepasados, los multiplique mil veces más y los bendiga tal como lo prometió!
12
¡Pero ustedes son demasiado peso para llevar! ¿Cómo puedo lidiar con tantos problemas y discusiones entre ustedes?
13
Elijan a hombres bien respetados de cada tribu, conocidos por su sabiduría y entendimiento, y yo los nombraré líderes de ustedes”.
14
»Y ustedes respondieron: “Es una buena idea”.
15
Así que tomé a esos hombres sabios y respetados que ustedes habían elegido de sus respectivas tribus y los designé para que fueran jueces y funcionarios sobre ustedes. Algunos estuvieron a cargo de mil personas; otros, de cien; otros, de cincuenta; y otros, de diez.