6 Nos hemos rehusado a escuchar a tus siervos, los profetas, quienes hablaron bajo tu autoridad a nuestros reyes, príncipes, antepasados y a todo el pueblo de la tierra.
7 »Señor, tú tienes la razón; pero como ves, tenemos el rostro cubierto de vergüenza. Esto nos sucede a todos, tanto a los que están en Judá y en Jerusalén, como a todo el pueblo de Israel disperso en lugares cercanos y lejanos, adondequiera que nos has mandado por nuestra deslealtad a ti.
8 Oh Señor
, nosotros y nuestros reyes, príncipes y antepasados estamos cubiertos de vergüenza porque hemos pecado contra ti.
9 Pero el Señor, nuestro Dios, es misericordioso y perdonador, a pesar de habernos rebelado contra él.
10 No hemos obedecido al Señor
nuestro Dios, porque no hemos seguido las instrucciones que nos dio por medio de sus siervos, los profetas.
11 Todo Israel ha desobedecido tus instrucciones, te ha dado la espalda y ha rehusado escuchar tu voz.
»Entonces ahora, a causa de nuestro pecado, se han derramado sobre nosotros las maldiciones solemnes y los juicios escritos en la ley de Moisés, siervo de Dios.
12 Tú cumpliste tu palabra e hiciste con nosotros y nuestros gobernantes tal como habías advertido. Nunca hubo una calamidad tan grande como la que ocurrió en Jerusalén.
13 Se han cumplido todas las maldiciones de la ley de Moisés escritas contra nosotros. Sin embargo, nos hemos rehusado a buscar la misericordia del Señor
nuestro Dios al no reconocer su verdad ni abandonar nuestros pecados.
14 Por lo tanto, el Señor
nos ha enviado la calamidad que había preparado. El Señor
nuestro Dios tuvo razón en hacer todas esas cosas, porque no lo obedecimos.
15 »Oh Señor nuestro Dios, al rescatar a tu pueblo de Egipto con gran despliegue de poder, le diste honor perpetuo a tu nombre; pero hemos pecado y estamos llenos de maldad.
16 En vista de tus fieles misericordias, por favor, Señor, aparta tu enojo y furor de tu ciudad, Jerusalén, tu monte santo. Todas las naciones vecinas se burlan de Jerusalén y de tu pueblo por causa de nuestros pecados y de los pecados de nuestros antepasados.
17 »¡Oh Dios nuestro, oye la oración de tu siervo! Escucha mientras te hago mis ruegos. Por amor a tu nombre, Señor, vuelve a sonreírle a tu desolado santuario.
18 »Oh Dios mío, inclínate y escúchame. Abre tus ojos y mira nuestra desesperación. Mira cómo tu ciudad —la ciudad que lleva tu nombre— está en ruinas. Esto rogamos, no porque merezcamos tu ayuda, sino debido a tu misericordia.
19 »Oh Señor, óyenos. Oh Señor, perdónanos. ¡Oh Señor, escúchanos y actúa! Por amor a tu nombre, no te demores, oh mi Dios, porque tu pueblo y tu ciudad llevan tu nombre».
20 Mensaje de Gabriel sobre el Ungido
Yo seguí orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo, rogándole al Señor
mi Dios por Jerusalén, su monte santo.
21 Mientras oraba, Gabriel, a quien había visto en la visión anterior, se me acercó con rapidez a la hora del sacrificio de la tarde.
22 Él me explicó: «Daniel, he venido hasta aquí para darte percepción y entendimiento.
23 En cuanto comenzaste a orar, se dio una orden y ahora estoy aquí para decírtela, porque eres muy precioso para Dios. Presta mucha atención, para que puedas entender el significado de la visión.
24 »Un período de setenta conjuntos de siete
se ha decretado para tu pueblo y tu ciudad santa para poner fin a su rebelión, para terminar con su pecado, para obtener perdón por su culpa, para traer justicia eterna, para confirmar la visión profética y para ungir el Lugar Santísimo.
25 ¡Ahora escucha y entiende! Pasarán siete conjuntos de siete más sesenta y dos conjuntos de siete
desde el momento en que se dé la orden de reconstruir Jerusalén hasta que venga un gobernante, el Ungido.
Jerusalén será reconstruida con calles y fuertes defensas,
a pesar de los tiempos peligrosos.
26 »Después de este período de sesenta y dos conjuntos de siete,
matarán al Ungido sin que parezca haber logrado nada y surgirá un gobernante cuyos ejércitos destruirán la ciudad y el templo. El fin llegará con una inundación; guerra, y la miseria que acarrea, está decretada desde ese momento hasta el fin.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Daniel 9:6 No hemos escuchado a tus siervos los profetas que hablaron en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.

English Standard Version ESV

Daniel 9:6 We have not listened to your servants the prophets, who spoke in your name to our kings, our princes, and our fathers, and to all the people of the land.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Daniel 9:6 No hemos escuchado a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, y a nuestros príncipes, a nuestros padres, y a todo el pueblo de la tierra

King James Version KJV

Daniel 9:6 Neither have we hearkened unto thy servants the prophets, which spake in thy name to our kings, our princes, and our fathers, and to all the people of the land.

New King James Version NKJV

Daniel 9:6 Neither have we heeded Your servants the prophets, who spoke in Your name to our kings and our princes, to our fathers and all the people of the land.

Nueva Versión Internacional NVI

Daniel 9:6 No hemos prestado atención a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes y príncipes, a nuestros antepasados y a todos los habitantes de la tierra.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Daniel 9:6 No hemos obedecido á tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron á nuestros reyes, y á nuestros príncipes, á nuestros padres, y á todo el pueblo de la tierra.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Daniel 9:6 No hemos escuchado a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, y a nuestros príncipes, a nuestros padres, y a todo el pueblo de la tierra.

Herramientas de Estudio para Daniel 9:6-26