4 Y el día veinticuatro del primer mes, estando yo junto a la orilla del gran río, es decir, el Tigris ,
5 alcé los ojos y miré, y he aquí, había un hombre vestido de lino, cuya cintura estaba ceñida con un cinturón de oro puro de Ufaz.
6 Su cuerpo era como de berilo, su rostro tenía la apariencia de un relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y pies como el brillo del bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.
7 Y sólo yo, Daniel, vi la visión; los hombres que estaban conmigo no vieron la visión, pero un gran terror cayó sobre ellos y huyeron a esconderse.
8 Me quedé solo viendo esta gran visión; no me quedaron fuerzas, y mi rostro se demudó, desfigurándose, sin retener yo fuerza alguna.
9 Pero oí el sonido de sus palabras, y al oír el sonido de sus palabras, caí en un sueño profundo sobre mi rostro, con mi rostro en tierra.
10 Entonces, he aquí, una mano me tocó, y me hizo temblar sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.
11 Y me dijo: Daniel, hombre muy estimado, entiende las palabras que te voy a decir y ponte en pie, porque ahora he sido enviado a ti. Cuando él me dijo estas palabras, me puse en pie temblando.
12 Entonces me dijo: No temas, Daniel, porque desde el primer día en que te propusiste en tu corazón entender y humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras he venido.
13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso por veintiún días, pero he aquí, Miguel, uno de los primeros príncipes, vino en mi ayuda, ya que yo había sido dejado allí con los reyes de Persia.
14 Y he venido para darte a conocer lo que sucederá a tu pueblo al final de los días, porque la visión es para días aún lejanos.
15 Cuando habló conmigo estas palabras, volví mi rostro a tierra y enmudecí.
16 Y he aquí, uno semejante a un hombre tocó mis labios; entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, a causa de la visión me ha invadido la angustia y me he quedado sin fuerzas.
17 ¿Cómo podrá, pues, este siervo de mi señor hablar con uno como mi señor? Porque a mí en este momento no me queda fuerza alguna, ni tampoco me queda aliento.
18 Entonces el que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez y me fortaleció,
19 y me dijo: No temas, hombre muy estimado. La paz sea contigo; sé fuerte y esfuérzate. Cuando habló conmigo, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.
20 Entonces él dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Ahora vuelvo para luchar contra el príncipe de Persia, y cuando yo termine, he aquí, el príncipe de Grecia vendrá.
21 Sin embargo, te declararé lo que está inscrito en el libro de la verdad, pero no hay nadie que se mantenga firme a mi lado contra estas fuerzas, sino Miguel, vuestro príncipe.

English Standard Version ESV

Daniel 10:4 On the twenty-fourth day of the first month, as I was standing 1on the bank of the great river (2that is, the Tigris)

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Daniel 10:4 Y a los veinticuatro días del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel

King James Version KJV

Daniel 10:4 And in the four and twentieth day of the first month, as I was by the side of the great river, which is Hiddekel;

New King James Version NKJV

Daniel 10:4 Now on the twenty-fourth day of the first month, as I was by the side of the great river, that is, the Tigris,

Nueva Traducción Viviente NTV

Daniel 10:4 El 23 de abril,
mientras estaba de pie en la ribera del gran río Tigris,

Nueva Versión Internacional NVI

Daniel 10:4 El día veinticuatro del mes primero, mientras me encontraba yo a la orilla del gran río Tigris,

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Daniel 10:4 Y á los veinte y cuatro días del mes primero estaba yo á la orilla del gran río Hiddekel;

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Daniel 10:4 Y a los veinticuatro días del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel;

Herramientas de Estudio para Daniel 10:4-21