2
Estaba embarazada y gritaba a causa de los dolores de parto y de la agonía de dar a luz.
3
Luego fui testigo de otro suceso importante en el cielo. Vi a un gran dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y una corona en cada cabeza.
4
Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas en el cielo y las arrojó a la tierra. Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz, el dragón se paró delante de ella, listo para devorar al bebé en cuanto naciera.
5
Ella dio a luz a un hijo que gobernaría a todas las naciones con vara de hierro. Al dragón le arrebataron el hijo y lo llevaron hasta Dios y su trono.
6
Y la mujer huyó al desierto, donde Dios había preparado un lugar para que la cuidaran durante 1260 días.
7
Entonces hubo guerra en el cielo. Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón y sus ángeles.
8
El dragón perdió la batalla y él y sus ángeles fueron expulsados del cielo.
9
Este gran dragón —la serpiente antigua llamada diablo o Satanás, el que engaña al mundo entero— fue lanzado a la tierra junto con todos sus ángeles.
10
Luego oí una fuerte voz que resonaba por todo el cielo:
«Por fin han llegado
la salvación y el poder,
el reino de nuestro Dios,
y la autoridad de su Cristo.
Pues el acusador de nuestros hermanos
—el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche—
ha sido lanzado a la tierra.
11
Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero
y por el testimonio que dieron.
Y no amaron tanto la vida
como para tenerle miedo a la muerte.
12
Por lo tanto, ¡alégrense, oh cielos!
¡Y alégrense, ustedes, los que viven en los cielos!
Pero el terror vendrá sobre la tierra y el mar,
pues el diablo ha descendido a ustedes con gran furia,
porque sabe que le queda poco tiempo».