1
¡Qué aflicción les espera a ustedes que están a sus anchas en medio de lujos en Jerusalén,
y a ustedes que se sienten seguros en Samaria!
Son famosos y conocidos en Israel,
y la gente acude a ustedes en busca de ayuda.
2
Pero vayan a Calne
y vean lo que ocurrió allí.
Vayan luego a la gran ciudad de Hamat
y desciendan a la ciudad filistea de Gat.
Ustedes no son mejores que ellos
y miren cómo fueron destruidos.
3
No quieren pensar en el desastre que viene,
pero sus acciones solo acercan más el día del juicio.
4
Qué terrible será para ustedes que se dejan caer en camas de marfil
y están a sus anchas en sus sillones,
comiendo corderos tiernos del rebaño
y becerros selectos engordados en el establo.
5
Entonan canciones frívolas al son del arpa
y se creen músicos tan magníficos como David.
6
Beben vino en tazones llenos
y se perfuman con lociones fragantes.
No les importa la ruina de su nación.
7
Por lo tanto, ustedes serán los primeros en ser llevados cautivos.
De repente se acabarán todas sus fiestas.
8
El Señor
Soberano ha jurado por su propio nombre y esto es lo que dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales:
«Desprecio la arrogancia de Israel
y odio sus fortalezas.
Entregaré esta ciudad
a sus enemigos junto con todo lo que hay en ella».
9
(Si quedan diez hombres en una casa, todos morirán.