14
¡Hagan lo bueno y huyan del mal
para que vivan!
Entonces el Señor
Dios de los Ejércitos Celestiales será su ayudador,
así como ustedes han dicho.
15
Odien lo malo y amen lo bueno;
conviertan sus tribunales en verdaderas cortes de justicia.
Quizás el Señor
Dios de los Ejércitos Celestiales
todavía tenga compasión del remanente de su pueblo.
16
Por lo tanto, esto es lo que dice el Señor
Dios de los Ejércitos Celestiales:
«Habrá llanto en todas las plazas públicas
y lamentos en cada calle.
Llamen a los campesinos para que lloren con ustedes
y traigan a los que les pagan por lamentar.
17
Habrá gemidos en cada viñedo,
porque yo los destruiré a todos»,
dice el Señor
.
18
Advertencia sobre el juicio que viene
Qué aflicción les espera a ustedes que dicen:
«¡Si tan solo hoy fuera el día del Señor
!».
No tienen la menor idea de lo que desean.
Ese día no traerá luz sino oscuridad.
19
En ese día ustedes serán como un hombre que huye de un león,
solo para encontrarse con un oso.
Y, al escapar del oso, apoya su mano contra una pared en su casa
y lo muerde una serpiente.
20
Así es, el día del Señor
será oscuro y sin remedio,
sin un rayo de alegría ni esperanza.
21
«Odio todos sus grandes alardes y pretensiones,
la hipocresía de sus festivales religiosos y asambleas solemnes.
22
No aceptaré sus ofrendas quemadas ni sus ofrendas de grano.
Ni siquiera prestaré atención a sus ofrendas selectas de paz.
23
¡Fuera de aquí con sus ruidosos himnos de alabanza!
No escucharé la música de sus arpas.
24
En cambio, quiero ver una tremenda inundación de justicia
y un río inagotable de rectitud.