11
Solo Lucas está conmigo. Trae a Marcos contigo cuando vengas, porque me será de ayuda en mi ministerio.
12
A Tíquico lo envié a Éfeso.
13
Cuando vengas, no te olvides de traer el abrigo que dejé con Carpo en Troas. Tráeme también mis libros y especialmente mis pergaminos.
14
Alejandro —el que trabaja el cobre— me hizo mucho daño, pero el Señor lo juzgará por lo que ha hecho.
15
Cuídate de él, porque se opuso firmemente a todo lo que dijimos.
16
La primera vez que fui llevado ante el juez, nadie me acompañó. Todos me abandonaron; que no se lo tomen en cuenta.
17
Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas, a fin de que yo pudiera predicar la Buena Noticia en toda su plenitud, para que todos los gentiles
la oyeran. Y él me libró de una muerte segura.
18
Así es, y el Señor me librará de todo ataque maligno y me llevará a salvo a su reino celestial. ¡A Dios sea toda la gloria por siempre y para siempre! Amén.
19
Saludos finales de Pablo
Dales mis saludos a Priscila y a Aquila, y a los que viven en la casa de Onesíforo.
20
Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto.
21
Haz todo lo posible por llegar aquí antes del invierno. Eubulo te envía saludos, al igual que Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.
22
Que el Señor esté con tu espíritu, y que su gracia sea con todos ustedes.