2
No se dejen perturbar ni se alarmen tan fácilmente por los que dicen que el día del Señor ya ha comenzado. No les crean, ni siquiera si afirman haber tenido una visión espiritual, una revelación o haber recibido una carta supuestamente de nosotros.
3
No se dejen engañar por lo que dicen. Pues aquel día no vendrá hasta que haya una gran rebelión contra Dios y se dé a conocer el hombre de anarquía,
aquel que trae destrucción.
4
Se exaltará a sí mismo y se opondrá a todo lo que la gente llame «dios» y a cada objeto de culto. Incluso se sentará en el templo de Dios y afirmará que él mismo es Dios.
5
¿No se acuerdan de que les mencioné todo esto cuando estuve con ustedes?
6
Y ustedes saben qué es lo que lo detiene, porque solo puede darse a conocer cuando le llegue su momento.
7
Pues esa anarquía ya está en marcha en forma secreta, y permanecerá secreta hasta que el que la detiene se quite de en medio.
8
Entonces el hombre de anarquía será dado a conocer, pero el Señor Jesús lo matará con el soplo de su boca y lo destruirá con el esplendor de su venida.
9
Ese hombre vendrá a hacer la obra de Satanás con poder, señales y milagros falsos.
10
Se valdrá de toda clase de mentiras malignas para engañar a los que van rumbo a la destrucción, porque se niegan a amar y a aceptar la verdad que los salvaría.
11
Por lo tanto, Dios hará que ellos sean engañados en gran manera y creerán esas mentiras.
12
Entonces serán condenados por deleitarse en la maldad en lugar de creer en la verdad.