9
De su nariz salía humo a raudales,
de su boca saltaban violentas llamas de fuego;
carbones encendidos se disparaban de él.
10
Abrió los cielos y descendió;
había oscuras nubes de tormenta debajo de sus pies.
11
Voló montado sobre un poderoso ser angelical,
remontándose
sobre las alas del viento.
12
Se envolvió con un manto de oscuridad
y ocultó su llegada con densas nubes de lluvia.
13
Un gran resplandor brilló alrededor de él,
y carbones encendidos
se dispararon.
14
El Señor
retumbó desde el cielo;
la voz del Altísimo resonó.
15
Disparó flechas y dispersó a sus enemigos;
destelló su relámpago, y ellos quedaron confundidos.
16
Luego, a la orden del Señor
,
a la ráfaga de su aliento,
pudo verse el fondo del mar,
y los cimientos de la tierra quedaron al descubierto.
17
»Él extendió la mano desde el cielo y me rescató;
me sacó de aguas profundas.
18
Me rescató de mis enemigos poderosos,
de los que me odiaban y eran demasiado fuertes para mí.
19
Me atacaron en un momento de angustia,
pero el Señor
me sostuvo.
20
Me condujo a un lugar seguro;
me rescató porque en mí se deleita.
21
El Señor
me recompensó por hacer lo correcto;
me restauró debido a mi inocencia.
22
Pues he permanecido en los caminos del Señor
;
no me he apartado de mi Dios para seguir el mal.
23
He seguido todas sus ordenanzas,
nunca he abandonado sus decretos.
24
Soy intachable delante de Dios;
me he abstenido del pecado.
25
El Señor
me recompensó por hacer lo correcto;
ha visto mi inocencia.
26
»Con los fieles te muestras fiel;
a los íntegros les muestras integridad.
27
Con los puros te muestras puro,
pero te muestras hostil con los perversos.
28
Rescatas al humilde,
pero tus ojos observan al orgulloso y lo humillas.
29
Oh Señor
, tú eres mi lámpara;
el Señor
ilumina mi oscuridad.
30
Con tu fuerza puedo aplastar a un ejército;
con mi Dios puedo escalar cualquier muro.
31
»El camino de Dios es perfecto.
Todas las promesas del Señor
demuestran ser verdaderas.
Él es escudo para todos los que buscan su protección.
32
Pues, ¿quién es Dios aparte del Señor
?
¿Quién más que nuestro Dios es una roca sólida?
33
Dios es mi fortaleza firme,
y hace perfecto mi camino.
34
Me hace andar tan seguro como un ciervo,
para que pueda pararme en las alturas de las montañas.
35
Entrena mis manos para la batalla;
fortalece mi brazo para tensar un arco de bronce.
36
Me has dado tu escudo de victoria;
tu ayuda
me ha engrandecido.
37
Has trazado un camino ancho para mis pies
a fin de evitar que resbalen.
38
»Perseguí a mis enemigos y los destruí;
no paré hasta verlos derrotados.
39
Los consumí;
los herí de muerte para que no pudieran levantarse;
cayeron debajo de mis pies.