38
»Perseguí a mis enemigos y los destruí;
no paré hasta verlos derrotados.
39
Los consumí;
los herí de muerte para que no pudieran levantarse;
cayeron debajo de mis pies.
40
Me has armado de fuerza para la batalla;
has sometido a mis enemigos debajo de mis pies.
41
Pusiste mi pie sobre su cuello;
destruí a todos los que me odiaban.
42
Buscaron ayuda, pero nadie fue a rescatarlos.
Hasta clamaron al Señor
, pero él se negó a responder.
43
Los molí tan fino como el polvo de la tierra;
los pisoteé
dentro de la zanja como si fueran mugre.
44
»Me diste la victoria sobre los que me acusaban.
Me preservaste como gobernante de naciones;
ahora me sirve gente que ni siquiera conozco.
45
Naciones extranjeras se arrastran ante mí;
en cuanto oyen hablar de mí, se rinden.
46
Todas pierden el valor
y salen temblando
desde sus fortalezas.
47
»¡El Señor
vive! ¡Alabanzas a mi Roca!
¡Exaltado sea Dios, la Roca de mi salvación!
48
Él es el Dios que da su merecido a los que me dañan;
él derriba a las naciones y las pone bajo mi control,
49
y me libra de mis enemigos.
Tú me mantienes seguro, lejos del alcance de mis enemigos;
me salvas de violentos oponentes.
50
Por eso, oh Señor
, te alabaré entre las naciones;
cantaré alabanzas a tu nombre.
51
Le das grandes victorias a tu rey;
le muestras inagotable amor a tu ungido,
a David y a todos sus descendientes para siempre».