9 Durante la batalla, Absalón se cruzó con algunos hombres de David. Trató de escapar en su mula, pero al pasar cabalgando debajo de un gran árbol, su cabello
se enredó en las gruesas ramas. La mula siguió y dejó a Absalón suspendido en el aire.
10 Entonces uno de los hombres de David vio lo que había pasado y le dijo a Joab:
—Vi a Absalón colgando de un gran árbol.
11 —¿Qué? —preguntó Joab—. ¿Lo viste ahí y no lo mataste? ¡Te hubiera recompensado con diez piezas de plata
y un cinturón de héroe!
12 —No mataría al hijo del rey ni por mil piezas de plata
—le respondió el hombre a Joab—. Todos escuchamos lo que el rey les dijo a usted, a Abisai y a Itai: “Por consideración a mí, por favor, perdonen la vida del joven Absalón”.
13 Si yo hubiera traicionado al rey y matado a su hijo —y de seguro el rey descubriría quién lo hizo—, usted sería el primero en abandonarme a mi suerte.
14 —Basta ya de esta tontería —dijo Joab.
Enseguida Joab tomó tres dagas y las clavó en el corazón de Absalón mientras estaba colgado, todavía vivo, del gran árbol.
15 Luego diez jóvenes escuderos de Joab rodearon a Absalón y lo remataron.
16 Entonces Joab hizo sonar el cuerno de carnero, y sus hombres regresaron de perseguir al ejército de Israel.
17 Arrojaron el cuerpo de Absalón dentro de un hoyo grande en el bosque y encima apilaron un montón de piedras. Y todo Israel huyó a sus hogares.
18 Mientras aún vivía, Absalón se había erigido a sí mismo un monumento en el valle del Rey, porque dijo: «No tengo hijo que perpetúe mi nombre». Le puso al monumento su propio nombre, y es conocido como el monumento de Absalón hasta el día de hoy.
19 David hace duelo por la muerte de Absalón
Después Ahimaas, hijo de Sadoc, dijo:
—Déjeme ir corriendo para darle al rey las buenas noticias: que el Señor
lo ha librado de sus enemigos.
20 —No —le dijo Joab—, no serían buenas noticias para el rey saber que su hijo está muerto. Puedes ser mi mensajero otro día, pero hoy no.
21 Entonces Joab le dijo a un etíope:
—Ve a decirle al rey lo que has visto.
El hombre se inclinó y se fue corriendo.
22 Pero Ahimaas continuó rogándole a Joab:
—Pase lo que pase, por favor, deje también que yo vaya.
—¿Para qué quieres ir, hijo mío? —le respondió Joab—. No habrá recompensa por las noticias.
23 —Estoy de acuerdo, pero igual permítame ir —le suplicó.
Joab finalmente le dijo:
—Está bien, puedes ir.
Entonces Ahimaas tomó el camino más fácil por la llanura y corrió a Mahanaim y llegó antes que el etíope.
24 Mientras David estaba sentado entre las puertas internas y externas de la ciudad, el centinela subió al techo de la entrada de la muralla. Cuando se asomó, vio a un solo hombre que corría hacia ellos.
25 Desde arriba le gritó la novedad a David, y el rey respondió:
—Si está solo, trae noticias.
Al acercarse el mensajero,
26 el centinela vio que otro hombre corría hacia ellos. Gritó hacia abajo:
—¡Allí viene otro!
El rey respondió:
—También trae noticias.
27 —El primer hombre corre como Ahimaas, hijo de Sadoc —dijo el centinela.
—Él es un buen hombre y trae buenas noticias —respondió el rey.
28 Ahimaas le gritó al rey:
—¡Todo está bien!
Se inclinó delante del rey rostro en tierra y dijo:
—Alabado sea el Señor
su Dios, quien ha entregado a los rebeldes que se atrevieron a hacerle frente a mi señor el rey.
29 —¿Qué me dices del joven Absalón? —preguntó el rey—. ¿Está bien?
—Cuando Joab me dijo que viniera, había una gran conmoción —contestó Ahimaas—, pero no supe lo que pasaba.
30 —Espera aquí —le dijo el rey.
Y Ahimaas se hizo a un lado.
31 Enseguida el etíope llegó y le dijo:
—Tengo buenas noticias para mi señor el rey. Hoy el Señor
lo ha librado de todos los que se rebelaron en su contra.
32 —¿Qué me dices del joven Absalón? —preguntó el rey—. ¿Se encuentra bien?
Y el etíope contestó:
—¡Que todos sus enemigos, mi señor el rey, ahora y en el futuro, corran con la misma suerte de ese joven!
33 Entonces el rey se sintió abrumado por la emoción. Subió a la habitación que estaba sobre la entrada y se echó a llorar. Y mientras subía, clamaba: «¡Oh, mi hijo Absalón! ¡Hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Si tan solo yo hubiera muerto en tu lugar! ¡Oh Absalón, mi hijo, mi hijo!».

La Biblia de las Américas (Español) BLA

2 Samuel 18:9 Y Absalón se encontró con los siervos de David; y Absalón iba montado en su mulo, y pasó el mulo debajo del espeso ramaje de una gran encina, y se le trabó la cabeza a Absalón en la encina, y quedó colgado entre el cielo y la tierra, mientras que el mulo que estaba debajo de él siguió de largo.

English Standard Version ESV

2 Samuel 18:9 And Absalom happened to meet the servants of David. Absalom was riding on his mule, and the mule went under the thick branches of a great oak,a1and his head caught fast in the oak, and he was suspended between heaven and earth, while the mule that was under him went on.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

2 Samuel 18:9 Y Absalón se encontró con los siervos de David; e iba Absalón sobre un mulo, y el mulo pasó debajo de un espeso y grande alcornoque, y se le asió la cabeza al alcornoque, y quedó entre el cielo y la tierra; pues el mulo en que iba pasó delante

King James Version KJV

2 Samuel 18:9 And Absalom met the servants of David. And Absalom rode upon a mule, and the mule went under the thick boughs of a great oak, and his head caught hold of the oak, and he was taken up between the heaven and the earth; and the mule that was under him went away.

New King James Version NKJV

2 Samuel 18:9 Then Absalom met the servants of David. Absalom rode on a mule. The mule went under the thick boughs of a great terebinth tree, and his head caught in the terebinth; so he was left hanging between heaven and earth. And the mule which was under him went on.

Nueva Versión Internacional NVI

2 Samuel 18:9 Absalón, que huía montado en una mula, se encontró con los soldados de David. La mula se metió por debajo de una gran encina, y a Absalón se le trabó la cabeza entre las ramas. Como la mula siguió de largo, Absalón quedó colgado en el aire.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

2 Samuel 18:9 Y encontróse Absalom con los siervos de David: é iba Absalom sobre un mulo, y el mulo se entró debajo de un espeso y grande alcornoque, y asiósele la cabeza al alcornoque, y quedó entre el cielo y la tierra; pues el mulo en que iba pasó delante.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

2 Samuel 18:9 Y Absalón se encontró con los siervos de David; e iba Absalón sobre un mulo, y el mulo se entró debajo de un espeso y grande alcornoque, y se le asió la cabeza al alcornoque, y quedó entre el cielo y la tierra; pues el mulo en que iba pasó delante.

Herramientas de Estudio para 2 Samuel 18:9-33