8 —Yo me encargo de este asunto —le dijo el rey—. Ve a tu casa, yo me aseguraré de que nadie lo toque.
9 —¡Oh gracias, mi señor el rey! —le respondió la mujer de Tecoa—. Si lo critican por ayudarme, que la culpa caiga sobre mí y sobre la casa de mi padre, y que el rey y su trono sean inocentes.
10 —Si alguien se opone —le dijo el rey—, tráemelo. ¡Te aseguro que nunca más volverá a molestarte!
11 Luego ella dijo:
—Por favor, júreme por el Señor
su Dios que no dejará que nadie tome venganza contra mi hijo. No quiero más derramamiento de sangre.
—Tan cierto como que el Señor
vive —le respondió—, ¡no se tocará ni un solo cabello de la cabeza de tu hijo!
12 —Por favor, permítame preguntar una cosa más a mi señor el rey —dijo ella.
—Adelante, habla —respondió él.
13 Ella contestó:
—¿Por qué no hace por el pueblo de Dios lo mismo que prometió hacer por mí? Se ha declarado culpable a sí mismo al tomar esta decisión, porque ha rehusado traer a casa a su propio hijo desterrado.
14 Todos moriremos algún día. Nuestra vida es como agua derramada en el suelo, la cual no se puede volver a juntar. Pero Dios no arrasa con nuestra vida, sino que idea la manera de traernos de regreso cuando hemos estado separados de él.
15 »He venido a rogarle a mi señor el rey porque la gente me ha amenazado. Me dije: “Tal vez el rey me escuche
16 y nos rescate de los que quieren quitarnos la herencia
que Dios nos dio.
17 Sí, mi señor el rey nos devolverá la tranquilidad de espíritu”. Sé que usted es como un ángel de Dios que puede distinguir entre lo bueno y lo malo. Que el Señor
su Dios esté con usted.
18 —Tengo que saber algo —le dijo el rey—, y dime la verdad.
—¿Sí, mi señor el rey? —respondió ella.
19 —¿Joab te incitó a hacer esto?
Y la mujer contestó:
—Mi señor el rey, ¿cómo podría negarlo? Nadie puede esconder nada de usted. Sí, Joab me envió y me dijo qué decir.
20 Lo hizo para que pueda ver el asunto con otros ojos. ¡Pero usted es tan sabio como un ángel de Dios, y comprende todo lo que sucede entre nosotros!
21 Entonces el rey mandó llamar a Joab y le dijo:
—Está bien, ve y trae de regreso al joven Absalón.
22 Joab se inclinó rostro en tierra con profundo respeto y dijo:
—Por fin sé que cuento con su favor, mi señor el rey, porque me ha concedido esta petición.
23 Enseguida Joab fue a Gesur y trajo a Absalón de regreso a Jerusalén.
24 Pero el rey dio esta orden: «Absalón puede ir a su propia casa, pero jamás vendrá a mi presencia». De manera que Absalón no vio al rey.
25 Absalón se reconcilia con David
Absalón era elogiado como el hombre más apuesto de todo Israel. De pies a cabeza era perfecto.
26 Se cortaba el cabello una vez al año, y lo hacía sólo porque era muy pesado. ¡El peso de su cabello era de más de dos kilos!
27 Tenía tres hijos y una hija. Su hija se llamaba Tamar, y era muy hermosa.
28 Absalón vivió dos años en Jerusalén, pero nunca pudo ver al rey.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

2 Samuel 14:8 Respondió el rey a la mujer: Ve a tu casa, y daré órdenes respecto a ti.

English Standard Version ESV

2 Samuel 14:8 Then the king said to the woman, "Go to your house, and I will give orders concerning you."

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

2 Samuel 14:8 Entonces el rey dijo a la mujer: Vete a tu casa, que yo mandaré acerca de ti

King James Version KJV

2 Samuel 14:8 And the king said unto the woman, Go to thine house, and I will give charge concerning thee.

New King James Version NKJV

2 Samuel 14:8 Then the king said to the woman, "Go to your house, and I will give orders concerning you."

Nueva Versión Internacional NVI

2 Samuel 14:8 —Regresa a tu casa, que yo me encargaré de este asunto —respondió el rey.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

2 Samuel 14:8 Entonces el rey dijo á la mujer: Vete á tu casa, que yo mandaré acerca de ti.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

2 Samuel 14:8 Entonces el rey dijo a la mujer: Vete a tu casa, que yo mandaré acerca de ti.

Herramientas de Estudio para 2 Samuel 14:8-28