4
David ya había trasladado el arca de Dios desde Quiriat-jearim a la carpa que le había preparado en Jerusalén;
5
pero el altar de bronce hecho por Bezalel, hijo de Uri y nieto de Hur, estaba allí
en Gabaón frente al tabernáculo del Señor
. Así que Salomón y el pueblo se reunieron en ese lugar para consultar al Señor
.
6
Allí, frente al tabernáculo, Salomón subió hasta el altar de bronce en la presencia del Señor
y sacrificó sobre el altar mil ofrendas quemadas.
7
Esa noche Dios se le apareció a Salomón y dijo:
—¿Qué es lo que quieres? ¡Pídeme, y yo te lo daré!
8
Salomón le contestó a Dios:
—Tú mostraste fiel amor a David, mi padre, y ahora me has hecho rey en su lugar.
9
Oh Señor
Dios, ¡te ruego que sigas manteniendo la promesa que le hiciste a David mi padre, pues me has hecho rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra!
10
Dame la sabiduría y el conocimiento para guiarlo correctamente,
porque, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo?
11
Dios le dijo a Salomón:
—Por cuanto tu mayor deseo es ayudar a tu pueblo, y no pediste abundancia ni riquezas ni fama ni siquiera la muerte de tus enemigos o una larga vida, sino que has pedido sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo como es debido,
12
ciertamente te daré la sabiduría y el conocimiento que pediste. ¡Pero también te daré abundancia, riquezas y fama como nunca las tuvo ningún otro rey antes que tú y como ninguno las tendrá en el futuro!
13
Después Salomón se fue de Gabaón, el lugar de adoración donde estaba el tabernáculo, y regresó a Jerusalén y reinó sobre Israel.
14
Salomón acumuló gran cantidad de carros de guerra y caballos;
tenía mil cuatrocientos carros y doce mil caballos. Los colocó en las ciudades designadas para guardar los carros y también cerca de él en Jerusalén.